Sopló el viento en Xàtiva. No podía ser de otra forma. Pero no lo hizo con la suficiente intensidad como para cortar el pelotón. Quién sabe, seguramente, el último esprint en muchos días. Quién sabe, seguramente, la última etapa que recordó a las vividas en la segunda semana del Tour. Es decir, aburrida.

En Játiva hubo una victoria eslovena --Borut Bozic, otro velocista que se quiere poner en el tablón de anuncios de la Vuelta buscando empleo para el 2010--. Se vigilaron los favoritos y corrieron con el ánimo de reservar fuerzas para hoy en la contrarreloj de Valencia, para mañana en la cima ya desmilitarizada de Aitana (hasta no hace mucho era territorio reservado de una base aérea) y el lunes en el explosivo Xorret de Catí, una especie de pequeño Angliru escondido en las montañas de Alicante. Se prevé que la ascensión sea muy dura y descarte, quizás, a alguno de los favoritos.

Es la trilogía de etapas que Alejandro Valverde tiene marcadas en rojo para comenzar a demostrar que es el candidato principal para triunfar en Madrid dentro de dos semanas. "Puede que en la contrarreloj de Valencia (30 kilómetros) pierda algo de tiempo, pero no será mucho; realmente, las dos etapas siguientes son las que más me interesan a mí".

"FUERTE Y ANIMADO" Valverde ha pretendido pasar desapercibido en el periplo por Holanda y Bélgica y los dos primeros días de la Vuelta a España en su hábitat natural se los ha tomado como jornadas de entrenamiento con dorsal.

"Estoy bien, me siento fuerte y muyy animado". Y cuando lo dice con la tranquilidad habitual que le corresponde suele ser verdad. No le preocupa Fabian Cancellara, favorito para hoy, ni tampoco Ivan Basso, el aparentemente más fuerte entre los extranjeros, que suele ser siempre algo torpe en las contrarrelojes

La Vuelta está en sus piernas y no quiere desaprovechar esta oportunidad. Llega rabioso después de no haber podido correr el Tour por la prohibición que cayó sobre él de competir en territorio italiano. El año que viene, quizás, tenga que compartir capitanía en su equipo, el Caisse d´Epargne, con Alberto Contador si los kazajos permiten que rompa un contrato que reprueba.