El jeque Salman Bin Hamad Al-Jhalifa, príncipe heredero del reino de Bahréin, lanzó la primera piedra declarando a Max Mosley persona no grata y prohibiendo la entrada en el emirato al presidente de la FIA. Buena parte de la F-1 ha continuado la lapidación con tal virulencia que ya se barajan los nombres de Jean Todt y Jackie Stewart como su sustituto. Pero la refriega no ha hecho sino empezar y Mosley contrataca acusando a BMW y Mercedes de colaborar con Adolf Hitler.

El News of the World publicó el pasado domingo extractos de un vídeo en el que aparecen imágenes de Mosley mientras participa, según el diario, en una "orgía depravada al estilo nazi con cinco prostitutas en una mazmorra de tortura".

La reacción del dirigente afirmando que no tiene intención de dimitir ha desatado la ola de reacciones y las escuderías que tenían cuentas pendientes (BMW y Mercedes-Benz) con Mosley han sacado el látigo para fustigar al presidente.