Juan Carlos Navarro y, sobre todo, Fran Vázquez metieron a España en las semifinales del Europeo 2005 --donde el rival es Alemania hoy a las 21.00 horas-- y sellaron el pasaporte para el Mundial 2006 en la prórroga de un partido que Croacia, probablemente, jamás hubiera podido ganar.

España tiró 49 tiros libres y metió 38; Croacia lanzó 12 y consiguió 8. A partir de ahí, sucedieron muchas cosas, pero los croatas sólo explotaron cuando ya no aguantaron más, cuando sufría las últimas convulsiones. Entonces le cayeron dos técnicas. En el global, 14 faltas españolas y 37 croatas tras el periodo añadido. Rusia, Lituania y Eslovenia vieron la eliminatoria hispano-croata fuera de la ronda por las medallas. El síndrome de los primeros de grupo también atenazó a España durante mucho tiempo a pesar de tenerlo todo a favor alrededor suyo, desde el público serbio y esloveno, masivamente volcado a favor del rival de Croacia --el que hubiera sido--, hasta las coreografías de las animadoras, inspiradas en la opera Carmen de Bizet.

GRAN VAZQUEZ También dentro de la pista encontró ayudas la selección española y, sin embargo, lo pasó fatal hasta el último respiro. Uno de los mejores jugadores del equipo ajedrezado, el pívot de Orlando Magic (NBA) Mario Kasun quedó fuera del partido por problemas físicos a los cinco minutos de juego, cuando ya había anotado ocho de los trece primeros puntos croatas (13-6); el poste del Maccabi Tel Aviv israelí Nikola Vujcic cargó con la tercera falta a cuatro minutos del descanso y, más aún, Dalibor Bagaric, la otra torre rival, también había cometido la tercera nada más arrancar el segundo cuarto. La mayor fuerza croata, el rebote, tocado de ala de salida.

Pero la España que salió a la pista del Belgrado Arena fue demasiado rato una extensión de la que jugó contra Israel el último partido de la primera fase en Novi Sad, no el equipo machacón del debut ante Serbia y Montenegro. La maldición de los líderes de grupo se cebó con el equipo nacional y le tocó pasar un calvario por los reducidos porcentajes de tiro, paupérrimos en la primera mitad.

REACCION Croacia ni siquiera necesitó desarrollar un baloncesto brillante para adquirir diferencias de vértigo para unos cuartos de final continentales (6-18 m.8). Sus porcentajes también enseñaban números discretos. De otra manera, habría abierto una brecha demoledora chascando los dedos.

Pero no lo hizo pese al colapso español, tan profundo que dejó vivos a los croatas con una diferencia de faltas abismal al término del primer tiempo: seis sobre España y catorce sobre los chicos de Neven Spahija. Todo por los lanzamientos fallados en la primera mitad: 5/16 de dos, 2/11 de tres y 9/14 desde la línea de tiros libres.

Pasa a la página siguiente