Un total de 23 atletas protagonizaron el sábado la actividad ´Kilómetros Solidarios´, una peculiar carrera en la que recorrieron por relevos 16 núcleos de población de la mancomunidad Rivera de Fresnedosa para recaudar fondos para dos proyectos sociales. Fueron 180 kilómetros que demostraron una vez más que el deporte puede tener objetivos sociales.

La prueba empezó en Torrejoncillo muy temprano, a las 7 de la mañana, y concluyó casi 13 horas después en la misma localidad. Equipar el gimnasio de fisioterapia y terapia ocupacional del Centro de Día para Enfermos de Alzheimer de la Mancomunidad Integral Rivera de Fresnedosa y comprar un autobús para niños con deficiencias en Bolivia eran las dos metas. Se consiguieron 1.500 euros, una cifra que aún puede aumentar.

Según relata Fernando Manzano, dinamizador deportivo de la zona, las frases de los corredores que participaron en la actividad al finalizar lo dicen todo: "Ha merecido la pena", "he sufrido, pero a la vez me ha encantado", "¿cuándo repetimos?".

Ni los más optimistas podíamos pensar que tras una "noche de perros" se iba a presentar un día ideal para disfrutar corriendo por las carreteras de la comarca. El primer grupo de corredores salió puntual hacia la pedanía Valdencín, pasando el casco urbano de Torrejoncillo en el silencio de la madrugada.

La primera sorpresa vino en Holguera, con los primeros rayos de luz. Seis valientes se unieron al corredor para realizar el tramo urbano y contribuir.

CANSANCIO Tras pasar por Riolobos, el grupo dirigió sus pasos hacia Puebla de Argeme, vía El Batán, en un tramo no exento de peligrosidad por el tráfico que registra la EX-108. El ritmo era bueno, pero la llegada a la pedanía de Coria acumulaba un leve retraso. Este tramo sirvió para atenuarlo debido al perfil favorable. Y a las 10.30 horas se llegaba al casco urbano cauriense.

Con el regreso a la EX-108 se alcanzó el cruce de Casas de Don Gómez, enfilando con posterioridad Casillas de Coria con su paisaje de regadío rodeado de acequias. Tras el paso por la Isla y el Puente de Hierro se alcanzó el cruce de Rincón del Obispo.

En la zona conocida como los cuestos se multiplicó el sufrimiento de los atletas, pero ya en Portaje esto se vio compensado por la presencia de un grupo numeroso que esperaba en la plaza.

En Pescueza estaba marcado el ecuador del particular viaje. Las casas de Cachorrilla vieron pasar pasar fugazmente a la comitiva para tomar un tramo despoblado hasta Ceclavín, adonde se arribó a las 15.00 horas.

La temida lluvia seguía sin caer a la altura de Zarza la Mayor. El problema es que mientras que caían los kilómetros, también se iba teniendo menos luz. Llegó entonces el tramo entre Ceclavín y Acehúche, que resultó uno de los más duros, con continuas subidas y bajadas.

El último cambio de corredores llegó con la entrada en Acehúche, para terminar los 23 últimos kilómetros con un perfil favorable. Tras el paso por Portezuelo se hizo prácticamente de noche. A falta de pocos kilómetros, los corredores bajaron y realizaron juntos el tramo final para encontrarse en Torrejoncillo con un centenar de personas en una gran bienvenida. El Programa de Dinamización Deportiva de la Mancomunidad Integral Rivera de Fresnedosa y la Asociación Milmas fueron los organizadores con la ayuda de la Guardia Civil y las policías de Coria, Ceclavín y Torrejoncillo.