La venta del Badajoz sigue en punto muerto ya que no hay acuerdo entre Eloy Guerrero y Antonio Olivera Cachola . Según el representante de éste, Joaquín María Ramos, sólo hay firmado un borrador que supone una intención de compra, pero se han introducido nuevos elementos económicos y jurídicos. Por ejemplo, que Cachola tenga que asumir una ampliación de capital de 140.000 euros, que entienden debe ser realizada por Guerrero antes de la venta.

"Los aficionados que dieron los 140.000 euros o los 30.000 de otro particular se están preguntando qué pasa con sus títulos, que para eso pusieron el dinero", explica Ramos para añadir que "si los títulos tuviera que asumirlos el nuevo comprador, ya no adquiriría las acciones que compró porque tendría que dar títulos por valor de ese importe. Y si asume las deudas de 370.410 euros a Del Camino y Refolio, también disminuyen las acciones. Esto no es lo que se compró ni se pactó y hasta que no se aclare, el tema está en suspenso", matizó.

De igual modo, según Ramos las acciones del club no están a nombre del máximo accionista sino de una sociedad y el Badajoz no se puede vender tal y como está. "El problema es jurídico y los aficionados deben entenderlo. Lo que no se le puede decir a Cachola es afirma porque vas a ir a la cárcel. Hay hasta posibles delitos si no se hace la ampliación de capital, porque mañana un accionista puede denunciar al club en los tribunales por estafa".

El acuerdo podría retrasarse durante bastante tiempo aunque Cachola insiste en su intención de quedarse con las acciones del Badajoz si aceptan sus condiciones. "Depende de las dos partes. En este caso, diría que el vendedor tiene que moverse y hacer cosas, al igual que el comprador. Deseo que se haga", dijo el empresario.