Cacereño: Pedro, Jony, Ema, Lucas Caballero, Héctor, Ruano, Pablo Rotundo (min. 88, Bruno), Sergio Céliz (min. 75, Ciocca), Juanqui Aguinaco, Mato y Cantarutti (min. 86, Roberto).

Monesterio: Carlos, Fari, Alberto, Marín, Vilaseca, Caliche, Carlos II, Ñoño (min. 53, Pablo), Lino, Javi y Perales.

Goles: 1-0, min. 14: Pablo Rotundo. 2-0, min. 50: Cantarutti. 3-0, min. 85: Ciocca. 4-0, min. 90: Ciocca.

Arbitro: De Arriba Clemente (0). Roja directa al meta visitante Carlos (72´). Amarilla al local Lucas Caballero y a los visitantes Caliche, Vilaseca, Ñoño y Perales.

Incidencias: 300 aficionados en el Príncipe Felipe. Al final jugadores y aficionados verdes festejaron en el césped la clasificación matemática para la fase de ascenso.

El Cacereño vuelve a ilusionar, aunque sólo sea a trescientos aficionados. Su victoria de ayer ante el Monesterio y la derrota del Díter Zafra el sábado le dan la opción matemática de clasificarse para la fase de ascenso a Segunda División B tras una temporada en la que nadie, salvo el propio vestuario verde, confiaba en lograr una gesta que en otros tiempos era calificada como algo normal. De ahí que la celebración tras el partido fuera por todo lo alto, primero con los aficionados sobre el mismo césped del Príncipe Felipe, y después con cuerpo técnico y allegados en el vestuario e incluso en la sala de prensa.

El partido tenía trampa para José Manuel, técnico del Cacereño, pero las diferencias eran más que notables pese a que el Monesterio pudiese tener alguna prima por evitar la derrota de parte del Díter. La goleada final señala las diferencias de un equipo que ha creído en sí mismo frente a otro que llevaba varios años coqueteando con el descenso que esta temporada ha sido ineludible.

El Cacereño contó con numerosas opciones de gol a lo largo de los noventa minutos y además de los cuatro tantos que subieron al marcador, llegó a marcar otro que fue anulado inexplicablemente por De Arriba Clemente y estrelló tres balones en los postes además de dos ocasiones que salvó la defensa monesteriense debajo de los palos.

Mato fue el que marcó las diferencias y tuvo algo que ver en todos los goles, sobre todo en los dos primeros con dos precisos centros a Pablo Rotundo y Cantarutti que sirvieron para abrir el marcador y dar la tranquilidad a comienzos del segundo tiempo, respectivamente.

En el tramo final del encuentro, Ciocca redondeó la goleada y sacó provecho a los minutos de los que dispuso una vez más. Tras el pitido final hubo invasión de campo por parte de los aficionados cacereños y luego llegó la celebración por todo lo alto con cava incluido.