CACEREÑO: Nucho, Expósito, Gonzalo, Salva, Toni, Elías Pérez (min. 54, Toto), Raúl Medina, Tirado, Aarón (min. 66, Kofi), Piojo (min. 78, Gállego) y Plata.

BETIS B: Montoya, Rafa Navarro, Varela, Caro, José Carlos, De la Hoz, Isaac (min. 74, Alvaro), Carlos García, Fabián (min. 78, Marcos Rosa), Abledo (min. 56, Madrigal) y Alex Alegría.

GOLES: 0-1-Min. 55: Alex Alegría. 1-1-Min. 71: Plata, de penalti. 1-2-Min. 80: Madrigal. 1-3-Min. 91: Carlos García, de penalti.

ARBITRO: González Hernández (Comité de Castilla y León). Expulsó, por dos amarillas, al local Toni (min. 47) y rojad directa a Gonzalo (min. 90). Además, amonestó a Toto y Aarón y a los visitantes Varela y De la Hoz.

Enfrascado en sus miedos, aturdido por el infortunio y lastrado también por sus fallos, el Cacereño sigue caminando errático. Perdió ante el Betis B (1-3) un encuentro que debió ganar, un choque en el que exhibió casta y hasta ciertas ráfagas de loable juego combinativo, pero en el que terminó claudicando ante el rival más flojo de todos los que han visitado este año el estadio Príncipe Felipe. Así es el fútbol, así son sus designios, tan inescrutables, tan crueles, tan salvajes.

La justa expulsión de Toni, por lo demás el mejor futbolista verde de largo, justo cuando amanecía un prometedor segundo acto fue esta vez la espoleta del fracaso. Sí. Un fracaso es que el CPC esté último, se mire como se mire. Se pueden buscar excusas, se puede decir que el equipo de Aitor Bidaurrázaga progresa, que el grupo sigue sin cobrar y que lo da todo, pero la triste realidad es que es último, que solamente tiene seis puntos en su haber --famélico balance-- y que las dinámicas negativas son difícilmente atajables en este clima enrarecido que se ha creado en torno a la entidad.

A este equipo de tan buena actitud le pasa de todo. Le pasa que hace un primer tiempo notable, que domina a su rival, que hasta hace juego de cierto lustre y que genera ocasiones. Pero siempre ocurre algo que lleva todo al garete, al limbo futbolístico. En los primeros 45 minutos el Cacereño trianguló y hasta se divirtió. Por momentos parecía hasta feliz, moderadamente feliz.

Elías Pérez hizo un jugadón en el minuto 2 que no acabó en gol porque el meta visitante, Montoya, intervino decisivamente. Toni se encontró con el cuerpo del mismo rival en el 24 y tres después --ay, qué desdicha más continua-- se topó con el larguero en una falta magistralmente lanzada.

LA CLAVE Este primer acto fue de lo mejor del año, en efecto. Aunque no hubiera goles, todo seguía pintando bien para el segundo. Pero hete aquí que Toni zancadilleó --o quizá no, pero la tarjeta estaba clara-- a un rival y tuvo que irse al vestuario. 0-0, con diez futbolistas y los fantasmas que terminaron de aparecerse con el tanto de cabeza del placentino Alex Alegría, exdelantero verde para redondear el círculo de la desdicha. Minuto 55 y tocaba ir a remar. A remar muy duro, una vez más.

Remó el Cacereño, sí. Este equipo está henchido de honradez. Con 10, asustó al Betis B y Piojo advirtió quedándose solo ante Montoya. Cómo no, el portero sevillano rechazó.

No todo podía ser desesperación. En un balón largo, un defensa visitante controló infantilmente con la mano. Penalti y gol de Plata, otro que se gana muy bien su sueldo, lo cobre o no (1-1, minuto 71).

Pintaba bien aquello, pese a la inferioridad numérica local. Dominaba el CPC y parecía que el milagro se podía obrar. Por qué no tener algo de fortuna o una respuesta positiva al trabajo.

Pues no. Ayer no tocaba tampoco. En el primer acercamiento post-1-1 de los béticos, caño al borde del área sobre Gonzalo, pase sobre la línea de gol y tanto de Madrigal (1-2, min. 80).

A POR TODO Aitor Bidaurrázaga ya lo había intentado todo con los cambios, con las entradas de Toto y Kofi y la última incorporación de Pablo Gállego. En el colmo de la calamidad, el joven aragonés hizo un maravilloso zig-zag y se plantó con opciones ante Montoya, pero su disparo salió desviado. Maldita ley del fútbol.

Para redondearlo todo, el Betis B, a la contra, forzó el penalti de Gonzalo, con la consiguiente roja al defensa central. El 1-3 en el 91 de Carlos García ponía el cierre. Exito visitante y batacazo de los que duelen, uno más, para un Cacereño increíblemente desastido de todo.

La imagen final de Aitor Bidaurrázaga, cuya procesión va por dentro, felicitando y animando a sus futbolistas, lo decía todo. El técnico, afanado en contemporizar, aplacando miedos, contemporizando, puede liderar la remontada si es que tiene crédito y si las circunstancias y la suerte le ayudan en alguna ocasión. Su trabajo está siendo descomunal y en el fútbol, de vez en cuando, hay justicia. La que él y el equipo merecen.