GETAFE: Luis García; Contra, Belenguer, Alexis, Paredes; Mario Cotelo, Celestini (Pachón, m. 75), Casquero, Vivar Dorado (Alberto, m. 83) ; Verpakovskis (Manu, m. 63) y Güiza.

BARCELONA: Jorquera; Zambrotta, Puyol, Oleguer (Gudjohsen, m. 60) Silvinho; Edmilson, Xavi, Iniesta; Giuly (Saviola, m. 65) Ronaldinho y Eto´o.

GOLES: 1-0, m. 38: Casquero. 2-0, m. 44: Güiza. 3-0, m. 66: Vivar Dorado. 4-0, m. 68: Güiza.

ARBITRO: Medina Cantalejo. Amonestó a Paredes, Maris, Casquero, Belenguer, Pachón y Contra y a Silvinho por parte visitante

El Getafe jugará la final de la Copa del Rey tras ridiculizar al Barcelona, que desperdició tres goles de ventaja del partido de ida, y que fue arrasado por el conjunto dirigido por Bernd Schuster, entrenador que entrará en la historia del club presidido por Angel Torres.

El Barcelona saltó al terreno de juego acongojado. El conjunto de Frank Rijkard recibió una auténtica avalancha madrileña desde el primer segundo del duelo.

Cuando todavía no se había sentado toda la parroquia getafense, Daniel Güiza no acertó a batir a Jorquera cuando estaba solo delante de la portería. No se había cumplido el primer minuto y el conjunto azulgrana ya había recibido el primer susto.

No fue casual la primera oportunidad getafense. Los hombres de Bernd Schuster salieron mentalizados para arrinconar al Barcelona, que en los primeros 45 minutos no salió de su terreno de juego. El centro del campo blaugrana fue absorbido por el gran trabajo del suizo Fabio Celestini y Javier Casquero, inmensos durante el primer acto.

El carrusel de oportunidades se sucedieron en la portería de Albert Jorquera, que llegó a ver como la pelota se paseó en el primer periodo hasta ocho veces cerca de los tres palos. Las más claras estuvieron en las botas de Daniel Güiza y el letón Maris Verpakovskis, pero ambos no tuvieron la fortuna de mandar el balón a la red.

EJERCICIO DE FE Pero el Getafe no se amilanó. Pese a no culminar sus ocasiones, nunca se desesperó y usó la paciencia como un arma mortal. Mientras, el conjunto de Rijkaard confiaba en la amplia renta obtenida en el Camp Nou y estaba dormido, esperando el pitido final para viajar el 23 de junio al Bernabéu. Entonces apareció Casquero para abrir la lata catalana. El jugador toledano ya había avisado en las últimas jornadas. Su disparo desde fuera del área es temible. Corría el minuto 38 cuando agarróun chutazo que botó delantede Jorquera, que no pudo impedirque subiera el primer tantoal marcador.La afición del Getafe se convirtióen el jugador número doce yGüiza, antes del descanso, anotóel segundo. El Barcelona se fue alvestuario sin disparar a la porteríade Luis García y con la cabezagacha.

La reanudación no llegó conuna tregua para la escuadra deFrank Rijkaard. El Getafe todavíatenía gasolina y siguió acosandola meta defendida por Jorquera.Sin embargo, y como al principiode la primera parte, el conjunto’azulón’ no materializabasus ocasiones. Güiza pudo marcarel tercero, pero el arqueroazulgrana paró milagrosamenteun cabezazo a bocajarro del jerezano.El técnico holandés intentóarreglar el desaguisado con el islandésEidur Gudjohnsen y el argentinoJavier Saviola, pero noera la noche. Todo estaba en contradel Barcelona y todo a favordel Getafe. La suerte estaba echadapara los catalanes. Sólo habíaque esperar la puntilla.

OTRO MAZAZO / Y ésta llegó en lacabeza de Vivar Dorado. Una faltabotada por el rumano CosminContra acabó en la cabeza del veteranofutbolista, que mandó lapelota a la red y puso el delirioen la grada. La remontada sehabía culminado. Sin tiempo paradespertar de la pesadilla, AlbertJorquera recogió el cuartode la red. Güiza fusiló la metabarcelonista y el delirio se transformóel locura. El público llevóen volandas a su equipo hasta elfinal del encuentro.

El Getafe hizo historia, consiguiólo imposible. El Barcelonano jugará la final en el Bernabéu.Lo hará el Getafe deBernd Schuster. El conjuntoazulgrana ya pone toda su atencióntras la derrota de anoche enel trofeo liguero, donde tieneuna presión añadida tras el acosoal que le están sometiendoReal Madrid y Sevilla. En elCamp Nou ya se teme por unatemporada en blanco.