REAL MADRID - 1: Dudek; ´Lass´ (Marcelo, m.70), Pepe, Raúl Albiol, Arbeloa ; Mahamadou Diarra (Van der Vaart, m.46), Gago, Kaká; Raúl, Higuaín y Van Nistelrooy.

ALCORCON - 0: Juanma; Rubén Sanz, Iñigo López, Borja Gómez, Nagore; Fernando Béjar (Vara, m.73), Rubén, Mora, Ernesto; Borja (Jeremy, m.77) y Cascón (Carmelo, m.58).

GOL: 1-0, m.81: Van der Vaart.

ARBITRO: Fernández Borbalán (Colegio Andaluz). Amonestó a Albiol (34) y Kaká (77) por el Real Madrid, y a Nagore (40), Rubén Sanz (65) por el Alcorcón.

INCIDENCIAS: Dieciseisavos de la Copa.

El Alcorcón, un modesto de Segunda División B que el pasado domingo no pasó del empate con el Cacereño, condujo al proyecto faraónico de Florentino Pérez al primer descalabro de la temporada (1-0), cerrando dignamente en el Bernabéu la exhibición de la ida y ampliando la mala imagen madridista en una Copa del Rey que no gana desde 1993.

La afición del Bernabéu ha perdido la paciencia con Pellegrini. Sonrojada ante la histórica caída frente a un clásico del fútbol madrileño de base, el empuje con el que apoyó de inicio a sus jugadores acabó en indignación contra el técnico chileno. Los seguidores madridistas pidieron, con pañolada, su dimisión.

El espíritu histórico de las remontadas en el Santiago Bernabéu se rebajó a su máxima esencia. La magia de aquellas noches europeas la quiso trasladar el Madrid a un partido ante un Segunda B ante el que necesitaba remontar cuatro goles tras protagonizar en la ida uno de los encuentros más sonrojantes de su historia.

Pellegrini se encomendó a Kaká, que lo juega todo y pide un respiro, pero se olvidó de colocar a su alrededor jugadores que diesen dosis de fe a un encuentro heroico. No acertó con su planteamiento. Erró con el once titular.

Sacrificó la posibilidad de situar a Marcelo como lateral de largo recorrido y situó a Lass en defensa, dejando a Mahamadou Diarra y Gago para construir fútbol. Ninguno de los dos está a la altura en el presente ante un Segunda B. Sin confianza, no dieron la velocidad necesaria al juego que demandaban la presencia de tres delanteros.

DESCALABRO CON VICTIMAS Son jugadores que quedan señalados. Un descalabro de tal magnitud cobra víctimas. Las primeras fueron Drenthe, Metzelder y Guti. Anoche fue Pellegrini quien ubicó mal sus piezas sobre el tapete. Con Xabi Alonso en la grada y Granero en el olvido, cuando su fútbol necesitaba un creador.

Pero nada quita méritos a la exhibición del Alcorcón. El fútbol actual demuestra que ningún encuentro es fácil de ganar. La evolución física y técnica en cualquier división, más los conceptos futbolísticos de Juan Antonio Anquela, mostraron a un equipo ordenado. Fiel a un sistema. Alejado del miedo escénico que da pasar de jugar ante 2.500 espectadores en el Príncipe Felipe a hacerlo ante 79.500 en el Bernabéu.

No se amilanaron ni con la salida en tromba madridista. En un abrir y cerrar de ojos el empuje de la grada se transformó en silbidos. A la par que perdía balones Gago, que Van Nistelrooy no llegaba a balones en profundidad, a años de luz de un buen tono físico. Cuando el desorden blanco convertía el partido en un choque digno de Segunda B, donde el patadón y la falta de construcción se impusieron ante un Bernabéu que no creía lo que veía.

La entrada en escena de Van der Vaart, el jugador que más dignidad ha tenido en la eliminatoria en el Real Madrid, cambió la cara a su equipo. Suyo fue el único gol, que no acayaron los gritos que pedían la dimisión de Pellegrini y se acordaban de Guti. Un año más repite la debacle copera a las primeras de cambio.