La vergüenza de la pelea originada el pasado domingo en un partido de infantiles en Mallorca va a acabar ante el juez. Los graves incidentes ocurridos en la segunda parte del partido (minuto 60, con 1-2 en el marcador) entre el Alaró y el Collerense, que enfrentaba a niños de 12 y 13 años y que se solventó con una batalla campal entre los padres de los niños de ambos equipos, se dilucidarán en los tribunales por la vía penal. Los implicados se arriesgan a afrontar multas de hasta 10.400 euros por la aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana, la conocida como Ley Mordaza, que puede catalogar los hechos ocurridos en un espectáculo público como «infracción grave».

Todo está encaminado a los tribunales. Fueron solo 84 segundos de pelea, pero que quedó reflejada en un vídeo que se ha hecho viral en las redes y que relata la vergonzosa reacción de muchos progenitores ante una dura entrada de un jugador infantil local. El partido estaba caliente. Ya venía del encuentro de ida. El árbitro, Jesús Alfonso, ya había expulsado a un jugador del Alaró por una entrada peligrosa y a Tomeu Roig, entrenador del mismo equipo, por decirle al colegiado que «tenía mucha cara», según el acta arbitral.

La Comisión Antiviolencia de la Federación de Fútbol de Baleares (FFIB) enviará a la Fiscalía el vídeo de la pelea y presentará denuncias por la vía penal, según confirmó el presidente de ese organismo, Llorenç Salvà.

«Será el fiscal el que determinará el tipo de delito penal que cabe aplicar tras los incidentes en un campo de fútbol», aseguró Salvà. La federación estudia también presentarse como acusación particular.

PATADAS Y PUÑETAZOS / «Nunca había presenciado algó así en Baleares», indicó Salvà tras visionar cómo los padres de los jugadores de ambos equipos se enzarzaban en una batalla campal tanto dentro del campo como en la grada, con intercambio de patadas, puñetazos e insultos mientras algunas madres intentaban apaciguar los ánimos recordando que «hay niños presentes» y gritando que lo que estaba ocurriendo era «una vergüenza».

«Lo sucedido ha sido tremendo», añadió Salvà, uno de los tres integrantes de la Comisión Antiviolencia. Otro de ellos es el presidente de la FFIB, Miquel Bestard.

Al margen de la vía judicial que abrirá Antiviolencia en la Fiscalía de Baleares y después, si cabe, en el Tribunal Superior de Justicia de las Islas, la Guardia Civil de Inca también está investigando las denuncias cruzadas entre los padres de los jugadores. Las víctimas presentan lesiones de carácter leve, según fuentes de la Guardia Civil.

Concretamente, se han presentado tres denuncias de padres del Alaró y cuatro de progenitores del Collerense. Algunos de ellos ya han prestado declaración este mismo martes, y las denuncias se enviarán al juzgado de Inca para su tramitación.