El Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol (RFEF) no se da por enterado de la iniciativa del Gobierno de poner en marcha un anteproyecto de ley para castigar con mayor dureza los incidentes violentos y racistas en el deporte. El órgano disciplinario de la RFEF quitó importancia a lo sucedido anteanoche en el Vicente Calderón y se limitó a dictar un apercibimiento de cierre del estadio y a multar al Atlético con 3.000 euros, la mitad de la sanción económica máxima para infracciones catalogadas como graves, caso del masivo lanzamiento por parte del Frente Atlético de objetos al césped, alguno de los cuales alcanzó al Palop, portero del Sevilla.

POLEMICA El árbitro del encuentro, Ayza Gámez, detuvo el encuentro en el minuto 78 después de que cayera en el césped una botella de whisky y al menos un objeto, según el acta arbitral, impactara en el guardameta. El partido se reanudó 31 minutos después, cuando la mayor parte del público había abandonado el recinto y una vez que el coordinador de seguridad de la Policía Nacional garantizó la seguridad tanto de los jugadores como del equipo arbitral.

Alfredo Flórez, presidente del comité, explicó que lo sucedido ha sido considerado como una infracción grave, lo mismo que el monedazo recibido por el juez de línea Vicente Egido durante el partido Valencia-Deportivo de Copa, el pasado 25 de enero. Se multa con la mitad que en aquella ocasión porque "los lanzamientos no tuvieron resultados dañosos. Está demostrado que Palop recibe el impacto, pero sin resultado lesivo". Por otro lado, "la función arbitral tiene una protección especial, según las normas federativas y la propia Ley del Deporte".

La actitud de los directivos rojiblancos "de apoyar al árbitro y hacer todo lo posible para reconducir la situación" sirvieron como atenuante, según aclaró Flórez. El Atlético no corría, por tanto, ningún peligro de clausura de su estadio. Después de la modificación estatutaria de julio del 2003, el cierre de recintos queda limitado a casos de especial gravedad como que, a consecuencia de incidentes de público, árbitros o jugadores fuesen heridos gravemente, las masivas invasiones de los terrenos de juego o actos de gran violencia en las gradas.

El Atlético se comprometió ayer a realizar un exhaustivo análisis de las cintas de vídeo de la unidad de control operativo con el fin de identificar a los aficionados que arrojaron los objetos al terreno de juego.

CONCIENCIA TRANQUILA Andrés Palop dio ayer su impresión sobre los incidentes. "Me siento arropado por mi club y con la conciencia muy tranquila, porque no soy polémico, ni busco broncas, pero me tocó a mí y lo que deseo ya es pasar página", indicó el portero del Sevilla.

Sobre las recriminaciones que recibió por mostrar al árbitro los objetos lanzados, Palop manifestó: "yo no valoro las actuaciones de nadie. Cada uno puede decir lo que quiera, pero las imágenes están ahí. Yo trate de apartarme de un sitio donde no era normal lo que estaba sucediendo. Si piensan que no debí hacerlo yo sólo digo que lo que quería era evitar algo peor".

Respecto a la suspensión, indicó que "el árbitro vio cómo estábamos, todos un poco nerviosos, y vino bien parar un poco. Me pareció una actitud correcta la de Ayza Gámez".