Dos equipos de fútbol que jugaron el pasado domingo en Mérida renunciaron a ducharse en los vestuarios del campo federativo de la capital autonómica por las escasas garantías de salubridad que presentaban y prefirieron volver a sus localidades de origen para asearse sin ningún tipo de riesgo para su salud.

En juveniles, por la mañana se disputó el encuentro entre el Pizarro y el Miajadas. A la conclusión del mismo, el conjunto cacereño, al comprobar la suciedad del vestuario, declinó utilizarlo y su delegado solicitó al árbitro que hiciera constar en el acta su protesta. El equipo emeritense, según explica su vicepresidente Paco Villalba, intentó "que aceptaran ir a ducharse a algún polideportivo de la ciudad, pero prefirieron ponerse el chándal e irse cada uno a sus casas sin ducharse".

En Primera Regional, por la tarde se disputó el choque Ajoblanco-Aceuchal y se repitió la historia. Los jugadores del Aceuchal rechazaron utilizar los vestuarios para ducharse y, a través de su delegado, hicieron constar su protesta en el acta arbitral.

REINCIDENCIA No es la primera vez que las instalaciones deportivas de Mérida quedan en entredicho. Hace escasas fechas, el Corderex-La Antigua, que milita en la Superliga femenina, denunció que lleva tres años solicitando al ayuntamiento la construcción de un nuevo vestuario en el Diocles, pues sólo hay uno y las jugadoras del equipo emeritense deben esperar a que se duche el equipo visitante para después hacerlo ellas.