Dirk Nowitzki apartó a España de la final del Europeo 2005 en una segunda parte demoledora que catapultó a Alemania, doce años después de ganar el oro en pista propia, a la lucha por el oro, donde Grecia espera al equipo de Dirk Bauermann tres horas después (21.00) de que la selección española juegue por retener el bronce ante Francia.

Los nervios de los cuartos acabaron el viernes. España recuperó el sosiego para buscar la final por segundo campeonato consecutivo, o sea, para buscar un hito en la historia de la canasta nacional. Hito que, además, traía aparejado otro logro, ya que el bloque español es la única selección que, junto la extinta Yugoslavia y la antigua Unión Soviética, puede colgarse cuatro medallas europeas seguidas. Esa posibilidad sigue abierta. La de jugar la final la frustró Nowitzki.

BUEN ARRANQUE La escuadra española liberó todas las tensiones veinticuatro horas antes frente a Croacia y salió al campo con otro talante, fiel a las características que definen el estilo del equipo nacional. Mucho rebote y la velocidad adecuada pusieron a España al frente de partido sin grandes problemas casi con la anuencia de los alemanes, fieles a la fama de personas frías que les adjudican pese a la brecha que empezaba apreciarse en el tanteador (11-16 m.8).

El ambiente, es cierto, desprendía pocas calorías. Tranquilidad en la grada y rutina funcionarial dentro de la cancha, como si todo el mundo diera por hecho que eso era lo que debía pasar y no cabía discutirlo. Felipe Reyes y Carlos Jiménez ayudaban a crear ese espejismo por su incansable derroche en el rebote. Jorge Garbajosa también gracias a la defensa sobre el ala-pívot de los Dallas Mavericks Dirk Nowitzki.

El grupo dirigido por Mario Pesquera cerró el primer cuarto por delante (16-23) y en el nacimiento del segundo estableció una máxima diferencia de nueve puntos (21-30) sin salirse del guión fijado. Sin embargo, al arrancar la rotación y conceder descanso a Reyes, Garbajosa y Navarro, Alemania despertó del letargo.

Navarro, máximo anotador en porcentaje del campeonato, había mandado hasta entonces. Pero fue marcharse al banco y a Nowitzki, máximo anotador del torneo en puntos totales -había jugado un partido más en el cruce previo a los cuartos-, le faltó tiempo para reclamar la atención de los focos.

MALA RACHA España frenó en secó. Encajó un parcial de 9-1 (30-31 m.18) y el careo con los germanos subió de temperatura. El marcador comenzó a arrojar ventajas alternas y Navarro tuvo que volver a la madera. El escolta del Barcelona metió los últimos puntos de la primera parte

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