DON FRIO CACERES 74: Kaisa Hook (10), Lorena Vela (4), Caroline Nixon (18), Jolie Mckeirnan (8), Esther Montenegro (18) --cinco inicial-- Maribel López (8), María Blanco (-), Susana Asensio (4), Julia Kallenberg (4) y Jara Salgado (-).

ARXIL COMERVIA 70: Ibarreche (7), Alvarez (2), Escila Alvarez (5), Soage (11), Jelena Zrnic (28) --cinco inicial-- Ana Martín (-) Marsa (2), Manzanares (6) y Entenza (-).

MARCADOR POR CUARTOS: 22-19, 37-37 (descanso), 55-52 y 74-70 (final).

ARBITRO: González y Rastrollo. Eliminaron por faltas personales a las locales Kallenberg y Mckeirnan.

El Don Frío perdió en el día de ayer a su perla más valiosa. Esther Montenegro disputó su último partido en Cáceres frente al Arxil Comervía, ya que ha decidido no continuar en el club por problemas con el cobro de sus nóminas. Se despidió de la mejor manera. Un triple suyo a falta de 30 segundos puso el triunfo en la mano de su equipo. Con 18 puntos en 27 minutos, se convirtió por enésima vez en el valor más seguro de las cacereñas. Tras el encuentro, el propio entrenador, Fran García, reconocía que "es una pérdida considerable y va a ser muy difícil suplirla". El cuerpo técnico afirma que intentará cubrir su baja con algún refuerzo próximamente y que de momento no hay amenaza de que haya nuevas deserciones.

PARTIDO LUCHADO Tuvo que emplearse el Don Frío para imponerse al Comervía, que contaba con una letal Jelena Zrnic. Con 1.99 metros, mandó bajo los aros con claridad y llegó a anotar 28 puntos, capturando 13 rebotes. La croata se convirtió en un rodillo que arrollaba una y otra vez a las pívots cacereñas. Y eso que el Don Frío comenzó con un parcial de 10-0.

Fran García encontró la clave anti Zrnic en la potencia física de sus jugadoras. Cuando el equipo presionaba arriba y corría el contraataque las locales se despegaban. A pesar de la renta cacereña, las visitantes fueron trabajando con paciencia cada acción hasta anular su desventaja al descanso (37-37).

Incluso se colocaron por delante tras un triple de Ana Martín (39-42). El cuadro naranja sudaba para frenar la desenmascarada fórmula del Comervía: buscar cerca del aro a la gigante Zrnic. La igualdad reinaba durante los instantes decisivos y fue entonces cuando Montenegro quiso dejar su sello en la despedida. No le tembló el pulso y anotó desde 6.25, regalando su último presente al Don Frío.