LIBANO (22+10+15+10): Vroman (22), Fahed (7), Rustom (7), Freije y El Khatib (10) --equipo inicial--, Abd El Nour, Mahmoud (5), Stephan, Kanaan (3), Fakhreddine (3) y Reda.

ESPAÑA (21+22+29+19): Rudy Fernández (7), Ricky Rubio, Navarro (5), Garbajosa (7) y Marc Gasol (25) --equipo inicial--, Felipe Reyes (8), Raúl, Vázquez (15), Llull (6), Mumbrú (9), Claver (6) y San Emeterio (3).

ARBITROS: Srdan Dozai (CRO), Luigi Lamonica (ITA) y Heros Avanesian (IRI). Eliminado Kanaan (min. 38), por cinco personales.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la cuarta jornada del grupo D.

España ya tiene el billete para los octavos de final del Mundial. Y eso que se entendía como una formalidad antes de que la selección viajara a Turquía, ha alcanzado ciertos tintes de conquista, tal como han ido las cosas en el torneo, con dos derrotas en cuatro partidos, algunos interrogantes alrededor de la consistencia del equipo y más evidencias de las previstas acerca de sus debilidades. Así que la victoria de ayer frente al Líbano (57-91), con la que se aseguró el acceso a la fase final se celebró, --¿quién lo iba a decir?--, como un gran logro, por muchas diferencias que haya entre los dos equipos (que las hay) y muy diferentes que sean los objetivos.

A pesar del margen final de puntos, no resultó una actuación para conservar en vídeo. Fue un discurso bastante plano el de los jugadores de España, que solo se soltaron en el último tramo, decididos a acabar con buenas sensaciones, lo mismo que buscarán también hoy en el último encuentro de la primera fase frente a Canadá (15.00, La Sexta) antes de encarar la fase final en Estambul.

Marc Gasol y Vázquez fueron principalmente, los que se encargaron de allanar el camino, sobre todo por su superioridad en la zona a partir del descanso, cuando la fortaleza del Líbano empezó a resquebrajarse por las faltas de Vroman, el pívot estadounidense con un pasado en el gran Canaria, autor de 22 puntos.

SIN NAVARRO NI RUDY El equipo de Sergio Scariolo empezó con el pulso ralentizado y solo consiguió desbocarse en el último cuarto cuando Líbano había levantado la bandera blanca, consciente de que no había forma de hincarle el diente a su rival. Y para colmo, España tuvo que afrontar toda la segunda parte privada de Juan Carlos Navarro, con molestias en la espalda, y de Rudy Fernández, que se retiró al vestuario a causa de una alergia que le llenó todo el cuerpo de rojeces.

Como terapia de grupo, en cualquier caso, no resultó un mal ejercicio el encuentro de ayer . Líbano es un equipo incómodo, con buenos tiradores, de esos que exigen la máxima concentración para evitar disgustos.

Scariolo necesita recuperar jugadores cuanto antes para la tormenta que se avecina cuando el torneo se traslade a la capital, Estambul. Y frente al equipo libanés, jugadores como Mumbrú y Lull demostraron que están listos para la pelea, sin desmerecer, desde luego, a ninguno de los teóricos titulares. Y otros como Vázquez, San Emeterio o Claver, cuya aportación hasta ahora ha sido testimonial en minutos en la cancha, empezaron a encontrar sensaciones en el torneo, un aspecto de extrema urgencia y más cuando no se sabe aún el alcance de la lesión de Navarro.

Para sorpresa de todos, Líbano le aguantó el pulso a la selección prácticamente hasta el descanso (32-42). No solo eso: llegó a mandar en el marcador al final del primer cuarto (22-21) consecuencia también de la espesura del cuadro de Scariolo, que arrastraba la dolorosa resaca por la derrota ante Lituania y que le costó sacarse de encima. Lo consiguió a partir del descanso con Marc Gasol como protagonista, rompiendo una y otra vez la defensa, bien surtido de balones interiores. Sus acciones condujeron a un parcial de 16-0 para España que acabó de matar el encuentro (del 39-51 al 39-67). A partir de ese instante, solo fue coser y cantar.