SEVILLA: Esteban; Sergio Ramos, Javi Navarro (Magallanes, m.78), Pablo Alfaro, David; Daniel Alves, Javi Casquero (Darío Silva, m.46), Martí, Antonio López; Julio Baptista y Carlitos (Antoñito, m.68).

VALENCIA: Cañizares; Curro Torres, Ayala, Marchena, Carboni; Jorge López (Angulo, m.71), Sissoko (Aimar, m.78), Albelda, Vicente; Xisco y Oliveira (Baraja, m.60).

GOLES: 0-1, M.12: Vicente. 0-2, M.90: Rubén Baraja.

ARBITRO: Evaristo Puentes Leira (Comité gallego). Amonestó a los visitantes Xisco, Carboni y Baraja y a los locales Daniel Alves y David.

El Valencia no desaprovechó la primera de las tres oportunidades que tenía para ganar el título de liga y logró en Sevilla el sexto de su historia gracias a una victoria solvente frente a un rival que puso todo sobre el terreno y que no dio ninguna facilidad en el encuentro. El cuadro de Rafa Benítez lo celebró después por todo lo alto.

Si el Valencia jugaba en la tarde-noche de ayer en Sevilla para ser el campeón después de las derrotas de ayer del Real Madrid y FC Barcelona, el equipo de Joaquín Caparrós afrontaba el encuentro con la necesidad de los puntos para ganar enteros en su lucha por clasificarse para la Copa de la UEFA y todo ello se notó desde el principio en el terreno y en las gradas del estadio.

Los sevillistas salieron con muchas ganas y desparpajo ante el líder y así las aproximaciones de los locales fueron habituales ante el meta Cañizares.

El Valencia, pese a ello, no desperdició la primera oportunidad de la que gozó ante el portero Esteban para poner el 0-1 en el marcador, tras una gran jugada de contragolpe que culminó muy bien el internacional Vicente ante la indecisión en la salida del meta sevillista.

Los del madrileño Rafa Benítez, con el resultado favorable desde los doce minutos, hicieron el fútbol que dominan a la perfección: intensa presión en el centro del campo y gran control de la situación en la defensa.

CONVICCION El conjunto andaluz, con el paso de los minutos, no bajó en la intensidad de su juego, pero se desesperó ante la seriedad del rival, aunque a los 34 minutos Carlitos tuvo en su cabeza el empate sin saber definir lo que estaba claro.

El Valencia recibió el aviso y se dio cuenta de que el partido no estaba ganado, por lo que también buscó el segundo tanto, que pudo llegar poco antes del descanso, pero el árbitro anuló un tanto a Jorge López por indicación de un asistente, que consideró fuera de juego previo.

Lo mismo que poco después al sevillista Carlitos, quien vio como su gol no subía al marcador de un equipo que nunca perdió la fe en la remontada.

Caparrós arriesgó desde el inicio de la segunda mitad al darle entrada al delantero uruguayo Darío Silva y dejar en los vestuarios al centrocampista Javi Casquero y eso hizo que el Sevilla no cejara en su intento de marcar ante un Valencia que pasó por serios apuros.

El monólogo local no encontró su fruto con el paso de los minutos y el Valencia, con muchas tablas, quiso que el partido avanzara con el resultado favorable. Las ocasiones sevillistas se sucedieron ante un rival que apenas salió de su campo y que defendió con uñas y dientes un gol que le daba el título y que incluso redondeó con otro tanto de Baraja ya en las postrimerías del choque. Fue el delirio, no sólo en Sevilla con los aficionados desplazados, sino en toda Valencia, desde donde se siguió el choque con una total euforia.