Imágenes inéditas en el Camp Nou, en un estadio plagado de turistas para ver la Supercopa (ida), el clásico del mes de agosto. Pero lo extraño, lo novedoso, es que había tal cantidad de hinchas del Madrid que el conjunto de Zinedine Zidane, aunque no fuera vestido de blanco, se sintió como si corriera por el césped del Santiago Bernabéu.

Prueba de ello fue la celebración del tanto de Cristiano Ronaldo, antes de quitarse la camiseta y recibir la primera tarjeta amarilla. La grada vibró y se agitó con el gol del portugués tal cual lo hubiese marcado en Madrid.