Contra viento y marea. No llegó a tanto, pero es casi en lo que se convirtió este fin de semana el Campeonato de España de campo a través por equipos en Haro, en La Rioja.

Es algo intrínseco a los eventos al aire libre, el clima puede convertirse en protagonista de los mismos y, en esta ocasión, endureció más si cabe el exigente circuito de campo a través que preparó la organización.

No mandé mis naves a luchar contra los elementos, decía Felipe II después de la derrota de Trafalgar, pero en los deportes al aire libre los elementos son un rival más tanto en el día a día en los entrenamientos como en la competición. En los intentos por parte del hombre de dominar su entorno ha tenido que aplicar el dicho de arrimarse a la montaña respecto al clima, así muchas especialidades deportivas no se pueden concebir ahora sin practicarse en lugares cubiertos. Otras lo llevan muy a rajatabla, como en el tenis, con lluvia no se juega. En la vela, en regatas costeras, hay unos márgenes de viento en los que se puede competir, con menos o más viento se suspende la regata, lo vimos en la última Copa América en Valencia cuando el clima caprichoso un día suspendía la regata por escaso y al siguiente por exceso. En pruebas como natación en aguas abiertas o el triatlón los límites los marca la temperatura del agua y hasta en atletismo, en las pruebas de maratón, existen unas tablas de registros de temperaturas y humedad, a partir de los cuales se suspende la prueba por riesgo de golpes de calor.

Muchos deportes han superado estas adversidades refugiándose bajo techo... en natación la piscina corta o cubierta, aunque ya existen de 50 metros cubiertas, el atletismo en pista cubierta, de mayor calado en países nórdicos con duros inviernos. Por cierto, hoy llueve... y yo tengo que salir a correr ;-)