Valencia: Cañizares, Miguel, Ayala, Albiol, Moretti, Joaquín (Jorge López,m.81), Marchena, Hugo Viana (Pallardó,m.83), Silva (Angulo,m.73), Villa y Morientes.

Sevilla: Cobeño, Hinkel, Javi Navarro, Dragutinovic, David (Aitor Ocio,m.73), Dani Alves, Maresca, Renato, Adriano (Puerta,m. 57), Navas (Martí,m.73) y Luis Fabiano.

Goles: 1-0, m.26: Villa. 2-0, m.49: Villa, de penalti.

Arbitro: Clos Gómez (colegio aragonés). Amonestó por el Sevilla a Javi Navarro y por el Valencia a Marchena. Expulsó con roja directa a Hinkel (m.49) en la jugada del penalti que supuso el 2-0.

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima jornada de Primera división disputado en Mestalla ante 45.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.

El Valencia consiguió una victoria balsámica ante un rival directo que le permite reengancharse a la lucha por el título de Liga en un partido en el que aprovechó la inferioridad numérica del rival durante todo el segundo tiempo.

Otra de las claves del encuentro estuvo en los penaltis. El Sevilla malogró el suyo en el primer tiempo y el Valencia aprovechó en que le señalaron al principio de la segunda mitad.

Los dos goles de Villa, que cuajó un buen partido, fueron suficientes para neutralizar a un rival que, sin hacer un mal encuentro, apenas dispuso de ocasiones de gol ante un Valencia que supo templar los nervios mejores que en encuentros precedentes.

Al principio, el Valencia tenía problemas para crear fútbol, pero no para destruir el del rival. Tal y como está el equipo en el capítulo de bajas, las variantes son pocas y una de ellas es la de sorprender con rapidez al rival.

Así ocurrió en el minuto 26, cuando un magnífico pase de Marchena a Villa, acabó en el 1-0. Fue un tanto de precisión y picardía, que ponía por delante al Valencia.

Dos minutos después del gol pudo haber un penalti de Miguel a Luis Fabiano. Seis más tarde del tanto lo hubo del mismo Miguel a Navas. Maresca disparó fuerte, pero Cañizares, con la ayuda del poste, evitó el gol.

El segundo periodo empezó con una jugada clave. Joaquín pasó en profundidad a Villa y Hinkel lo derribó dentro del área: penalti y expulsión. El propio Villa hizo el 2-0 y dio paso a un nuevo partido. El gol no llevó la tranquilidad a Mestalla, pero no hubo más movimientos.