Era cuestión de días y solo se demoró cuatro. Del viernes al martes quedó aplazada la efeméride de David Villa. La colección de ocasiones desperdiciadas el pasado viernes en Salamanca ante Lituania, entre ellas una clamorosa a portería vacía, pasó a ser una anécdota que no quedará recogida en los libros de historia. Un rival con más historia, Escocia, y un estadio de mayor categoría, el Hampden Park de Glasgow, asistieron al récord del delantero del Barça, que igualó los 44 goles anotados por Raúl y que lo erigían como el máximo realizador de España.

Se trata de un récord porque El Guaje ha conseguido la misma cifra en 69 partidos, mientras que el antiguo 7 de La Roja necesitó 102. Ahora, Villa dispone de 33 encuentros para anotar el gol 45 y ser el primero de la clasificación en solitario. La próxima oportunidad se le presentará el 17 de noviembre, en el amistoso que España disputará ante la Portugal de Cristiano Ronaldo. "El objetivo no es marcar el gol 45, sino muchos más, porque espero estar en la selección muchos años", explicó Villa.

A la tercera

Hasta el tercer remate no se sacudió Villa la ansiedad que parecía atenazarle desde que tenía a tiro la marca de Raúl. La acariciaba desde el Mundial, cuando los cinco goles que logró le permitieron acortar con rapidez la distancia que le separaba del exmadridista. Su falta de acierto y los postes (dos frente a Argentina y uno ante Lituania) en los últimos cuatro encuentros convirtieron la espera en algo parecido a una obsesión que desapareció en la fría Glasgow. "No estaba preocupado, sabía que llegaría", insistió Villa al final del encuentro.

El gol 44 llegó en el minuto 44 y desde el punto de penalti (el séptimo de su carrera con la selección). A punto estuvo McGregor, el portero local, de alargar la inquietud del delantero asturiano, que alcanzó a tocar el balón antes de que se colocara en la red. McGregor impidió en el último minuto, en un mano a mano, que llegara anoche el 45 y se consumara el récord absoluto.

Fue la única vez, en el penalti, en la que Villa estuvo solo. Antes y después estuvo encima suyo un central de 40 años. David Weir, el defensa del Glasgow Rangers que ya peina canas, solo se despistó cuando entró en escena Fernando Llorente. Tener ante sí dos delanteros le descentró y se tragó el tercer tanto español; el tercero también de Llorente en los dos últimos encuentros.

"Lo más importante era conseguir el pleno de puntos en la fase de clasificación", reiteró Villa, que ya respira más tranquilo.