Erika Villaecija, Mireia Belmonte y Aschwin Wildeboer lograron ayer en Dubai, en los Mundiales de piscina corta, un hito en la historia de la natación española con tres medallas en una tarde y, sobre todo, un doblete en los 800 metros libre, en los que las dos nadadoras coparon las dos primeras posiciones del podio.

Ryan Lochte batió el primer récord mundial en 2010, desde que se prohibieron los bañadores fabricados con derivados del plástico, y lo hizo en la final de los 400 estilos con 3:55.50. El estadounidense pudo con la marca del húngaro Laszlo Cseh que estaba en 3:57.27 desde el 11 de diciembre de 2009 en Estambul.

El equipo de Rusia hizo lo mismo en el relevo 4x200 libre con Nikita Lobintsev, Danila Izotov, Evgeny Lagunov y Alexander Sukhorukov para mejorar el tiempo de Canadá, 6:51.05. Villaecija subió su extraordinario palmarés, el mejor del equipo español en los últimos diez años. Por detrás, Belmonte, bicampeona del mundo ayer en los 200 mariposa y los 400 estilos, remontaba desde la sexta posición con una extraordinaria fuerza.

Wildeboer vivió una extraña situación. El francés Camille Lacourt fue finalmente recalificado en la final de los 100 metros espalda, por lo que el español fue desplazado una posición y ganó la medalla de bronce.