Al Villanovense se le acaban las oportunidades para lograr el sueño de mantener la categoría. Hasta el empate se antoja un lujo que ya no puede permitirse puesto, que solo vale sumar de tres en tres y esperar que el resto de rivales directos para permanecer en Segunda B no puntúen.

Hoy quemará uno de los diez últimos cartuchos que le quedan para lograr el sueño de la permanencia. Y lo hará ante un difícil Puertollano que llega en un momento dulce tras sumar 11 de los últimos 15 puntos (3 victorias ante Alcalá, Leganés y Gimnástica; y dos empates contra Vecindario y Real Madrid Castilla). Una racha de resultados que lo ha situado séptimo, con 42 puntos

Por el contrario, el Villanovense sigue sin encontrar el camino a la victoria y ya acumula trece semanas sin ganar (5 empates y 8 derrotas), lo que les ha hundido en la tabla, donde son el farolillo rojo . Sin embargo, pese a los malos resultados, el equipo sigue confiando en sus opciones y no arroja la toalla. Apelan a su afición para que mantengan el gran apoyo que les han ofrecido durante toda la temporada y les empujen hacia la salvación. Más aún hoy, dado que su rival no llega solo, sino que estará acompañado por sus aficionados --entre 150 y 200--, espoleados por la buena racha de su equipo.

El equipo de Jaime Molina, que solo tiene las bajas de Moraga y Víctor Marcos, saldrá a por los tres puntos y los manchegos lo saben; tanto, que hablan de "partido trampa", puesto que consideran que el Villanovense está haciendo méritos para estar más arriba y no se fían de un rival que a priori podría considerar asequible.