CARTAGENA - 0: Limones; Segura (Robusté, min. 75) , Ceballos, Tarantino, Germán; Sergio, Prosi; Gato, Arcas, Migue (Santisteban, min. 68); y Chus Hevia (Carlos Martínez, min. 84).

VILLANOVENSE - 0: Alvaro; Moraga, Jair, Owona (Moyita, min. 74), Tapia; Javi Sánchez, Curro (Espinar, min. 66); Salvi, Jairo (Víctor, min. 70), José Angel; y Carlos.

ARBITRO: Rebollo López. Tarjeta amarilla a los jugadores locales Tarantino, Gato, Hevia y Robusté y a los visitantes Owona, Curro y Jairo. Expulsó por doble amonestación a los futbolistas del Cartagena Germán (minuto 62) y Sergio (minuto 64).

El Villanovense se atragantó, pero sumó. Jugando más de media hora contra un equipo con nueve jugadores, el equipo extremeño mostró unas carencias ofensivas y una falta de definición que les impidió alcanzar el play-off . Con igualdad sobre el césped, incluso fueron mejores, más consistentes. Pero al final, ante un equipo que cavó trincheras cerca de Limones, fueron un bloque al que le dolió definirse.

Le costó poco al cuadro serón hacerse con el control del balón. Sabía la realidad de los locales y tardó poco en aferrarse al esférico ante un equipo herido en lo económico y en una rutina en la que se acumulan los impagos. Con unas señas de identidad tan precarias, al cuadro de Cobos se le hizo un pasillo de oro para asomarse, cada dos por tres, por las cercanías de Limones, un meta asido a la fortuna ante la falta de envergadura de una zaga, sobre todo desde sus centrales, que hace aguas entre los nervios y la tensión de la situación.

Por eso, en cuanto comenzaron a llegar las oportunidades, comenzó el peso a desequilibrar la balanza. En apenas seis minutos, desde el 9 al 15, dispusieron de los dos primeros rejones para hacer sangrar a los de casa, excesivamente nerviosos para mantener el tipo atrás. Primero fue Salvi el que, tras pegar en un zaguero cartagenero, enviaba el balón a la madera. Susto premonitorio del partido taquicárdico que esperaba a los de Palomeque. En el 15 esta vez Javi Sánchez pudo adelantar a los suyos de nuevo en un remate que se ajustó demasiado al palo, pero por fuera. Las sacudidas se les sacaron de encima los locales en una jugada de pizarra tras una pelota parada. Tarantino, en el segundo palo, se encontraba con el balón y se asfixiaba para rematar a las manos de Alvaro, que despejaba a saque de esquina.

Parecía desperezarse el equipo mediterráneo manteniendo un poco más la intensidad en el centro del campo, abriéndolo por las bandas, pero con escaso bagaje en el área visitante ante un cuadro extremeño que jugaba muy junto, que permitía muy pocos espacios, que mordía en la salida del balón en campo contrario. Así se sostenía el equipo de Cobos, con mucho trabajo defensivo y con unas contras que hacían mostrar las carencias de una defensa local que no acertaba a hacerse fuerte, a emerger entre los ataques de un equipo verde que se gustaba jugando a la contra. Así llegó la ocasión de José Angel, en el ecuador del primer acto, de la que se encargó Limones de echar a córner.

En los últimos minutos del primer tiempo, el Villanovense fue mejor. Arrinconó al equipo de casa a base de saques de esquina poniendo los nervios a una grada acostumbrada a sufrir ante la falta de consistencia, ante la plastilina y poca sangre de un bloque que no termina de agigantarse desde atrás. Salvi, a uno del asueto, tuvo el gol en sus botas, pero su disparo envenenado tocó en un defensor y se fue a córner.

DOS EXPULSIONES La reanudación ofreció un guión cercano al disparate. En un inicio con poca sustancia a engullir, las decisiones arbitrales marcaron el argumento. Dos expulsiones, casi de forma consecutiva, en el equipo local dejaron un ambiente sobre el césped propicio para la victoria de los de Cobos que, viéndose gigantes en el campo, quemaron sus naves en el campo siempre de los albinegros.

Así, el equipo local, con dos líneas de cuatro muy juntas, trataron de despejar balones, de dar por bueno un empate que, en época de hambruna, sabía a plato elaborado. Por eso, sin ataque definido en los locales, todo el juego comenzó a crecer muy cerca de Limones, con un equipo visitante que jugaba con cuatro puntas tratando de fijar la zaga local en su terreno.

Al final, con los locales buscando jugar con el reloj y con la fe, el equipo de Cobos careció de talante para puntuar en un campo y en una situación más que propicia. Les dolerá el viaje, pero tampoco hicieron mucho más para revertir media hora en la que debieran mostrarse más.