Uno de los términos más apropiados que el fútbol ha copiado es el de ‘Cancerbero’ para referirse a los porteros. Can Cerbero era el perro de Hades y el encargado de guardar las puertas del inframundo. No podría haber mejor definición para referirse al guardameta del Villanovense, Leandro, sin duda uno de los artífices de que los serones no vayan a descender a los infiernos de la Tercera. Ayer el club anunció que se le renueva.

La continuidad con los verdes de Leandro que estaba primero supeditada a superar una serie de encuentros. Se une así a las renovaciones anunciadas días atrás de Pajuelo y de Javi Sánchez.

La mitología decía que Cancerbero tenía tres cabezas, así no se le escaba nada. Lo que por momentos parecía que tenía el cancerbero de Villanueva de la Serena esta campaña eran tres brazos, con auténticas exhibiciones. Lo pudieron comprobar los aficionados del Badajoz, Betis B o Écija, entre otros. «Podría decir que está en el top tres de los mejores porteros de la categoría sin ninguna duda», aseguraba una de sus últimas víctimas, el entrenador del Écija, Marc Domínguez.

«Leandro es un portero buenísimo, que te da puntos. Si analizamos nuestra trayectoria, en muchos partidos que estuvieron igualados él nos salva o consigue que no nos metan ese gol con el que el partido hubiese cambiado mucho», recordaba Iván Ania hace pocos días, la última vez que se le preguntó por su portero.

El Villanovense es a estas alturas de temporada uno de los cinco equipos menos goleados de la liga, con sólo 29 goles encajados. La fiabilidad de Leandro, sobre todo en la segunda vuelta, ha sido clave. Sólo se ha perdido tres partidos en liga, todos por lesión. En el resto ha encajado 23 goles y ha conseguido mantener la portería intacta en 18 encuentros.

Leandro Monteagudo (Alzira, Valencia, 28/02/1989), llegó este verano al Villanovense con la difícil misión de suplir a Wilfred, el actual portero del Marbella, quien el año pasado realizó una gran campaña. No era fácil el reto ya que el público de Villanueva siempre ha sido muy exigente con sus porteros, como ejemplo la temporada 2015/2016, en la que jugaron tres metas.