No lo tiene fácil. Pero viendo pelear al equipo de José Mari Calvo y comprobando el partido que el técnico verde está sacando a sus posibles se puede ser optimista. El Villanovense entrará en el 2004 empeñado en logra su reto, el de mantener la categoría. Y puede hacer realidad el sueño.

Tampoco lo tenía sencillo en la última liguilla de ascenso, la que le dio el billete para la Segunda B el pasado verano. Pero creyó en sus posibilidades hasta el final y precisamente en el epílogo fue cuando le llegó el premio a su tesón, a su trabajo y a su sacrificio. Así sea.