El Villanovense volverá a poner hoy toda la carne en el asador para tratar de vencer --o al menos puntuar-- ante el difícil Universidad de Las Palmas (12.00 horas). Puede ser el último cartucho, o el penúltimo, en función de que venzan o no, puesto que una derrota les dejaría sin opciones de lograr la permanencia en Segunda B.

Será un partido de necesidades, pero con objetivos radicalmente diferentes, ya que mientras los isleños luchan por meterse en la fase de ascenso, el Villanovense lleva semanas peleando con uñas y dientes para mantener la categoría. El equipo es consciente de la dificultad de esta nueva final, como reconocía a este diario Jaime Molina quien aseguraba que "será muy difícil y complicado, porque ellos quieren ganar para estar ahí arriba y nosotros para mantener la esperanza hasta la última jornada", al tiempo que insistía en que "será duro, luchado y peleado, pero muy bonito y un privilegio para un futbolista,".

Las expectativas no pueden ser mejores; el nivel psicológico de los jugadores es inmejorable después de la racha ascendente que llevan y el nivel de juego que tienen, pero también porque las lesiones están respetando y solo tendrá la baja de Willy, que no ha podido recuperarse; por el contrario, recupera a Mora. "El equipo está deseando que llegue el domingo y conseguir un resultado positivo porque eso nos hará depender de nosotros mismos" apuntaba Molina. Pese a la necesidad de sumar, el técnico asegura que no sienten presión alguna.