El Villarreal no tuvo dificultades para dejar fuera al Hammarby, al que ya había derrotado en Suecia por 1-2. En El Madrigal el resultado fue de 3-0, fundamentándose el conjunto local en las acciones individuales de sus futbolistas principales ante un rival que apenas opuso resistencia y cuyas únicas armas fueron la fuerza física y la entrega. Ambos conjuntos alinearon a muchos suplentes habituales, conscientes del desenlace final.

El resultado --con tantos de Guayre, Hector Font y Cazorla-- supone una alegría para la afición levantina, que sufre con el flojo arranque liguero de su equipo. El equipo de Pellegrini recibe así un impulso.