Villarreal - 0: Diego López; Javi Venta, Godín, Gonzalo, Capdevila; Senna, Eguren (Cani, m.51), Cazorla, Pires (Jonathan Pereira, m.65); Rossi y Nilmar (Joseba Llorente, m.78).

Espanyol - 0: Kameni; Roncagalia, Pareja, Forlín, David García; Moisés, Nakamura (Pillud, m.18), Coro (Baena, m.46), Luis García; Callejón (J. López, m.82) e Iván Alonso.

Arbitro: González Vázquez (Colegio Gallego). Mostró tarjeta amarilla a los locales Cazorla, Jonathan Pereira y Eguren y a los visitantes Alonso, Pareja y Baena. Expulsó con roja directa al visitante Forlín (m.15), con tarjeta roja directa.

Incidencias: Partido de la sexta jornada de Liga disputado en el estadio de El Madrigal ante la presencia de 15.000 espectadores. Terreno en muy buenas condiciones para la práctica del fútbol.

El Villarreal dejó escapar una buena oportunidad de salir de la zona de descenso al empatar sin goles contra un Espanyol que jugó con diez jugadores desde el minuto 15 de partido por la expulsión del argentino Juan Forlín.

El equipo de Ernesto Valverde se mostró previsible, lento y sin ideas en gran parte de un encuentro en el que pese a jugar con un jugador más que su rival desde el primer cuarto de hora de juego no supo ganar.

La ansiedad y los nervios con los que afrontaba su partido frente al Espanyol se notaron desde el primer instante a pesar de que los locales tuvieron la suerte de cara con la expulsión de Forlín.

Esta circunstancia pudo haber sido aprovechada por el Villarreal en la primera parte al comenzar a manejar la posesión del balón y asedió la portería de Kameni, pero esta insistencia no creó peligro como para desarbolar a la bien organizada defensa contraria.

Tan sólo a los 28 minutos Cazorla asistía a Rossi, quien sólo ante Kameni no lograba superar al guardameta rival, mientras que diez minutos más tarde se repitió una jugada similar con Pirés como protagonista y Kameni como salvador de su equipo.

Tras el descanso, el juego de los locales lejos de agilizarse en busca de la victoria se ralentizó, ya que un disparo de Cazorla y otro de Marcos Senna fueron las opciones de un Villarreal con fútbol lento, previsible y sin ideas.