Alexandre Vinokurov, controlado positivo por una transferencia sanguínea en la contrarreloj del pasado sábado en el Tour de Francia, negó haberse dopado y dijo ser víctima de una "nueva provocación".

"No puedo creer que haya sido controlado positivo. Todo esto es falso. Creo que soy víctima de una nueva provocación. Esto es así desde hace meses y ahora llegan a derribarme", afirmó el kazako al diario "L'Équipe".

Vinokurov afirma que el rendimiento del equipo Astana "ha provocado celos a mucha gente" que ahora se lo quiere "hacer pagar". Positivo por transfusión sanguínea de otro donante, el kazako dejó ayer el Tour de Francia, al igual que el resto del equipo Astana, que se retiró de la competición a petición de los organizadores.

"Nunca me he dopado, no es la forma en la que considero mi oficio. Puede que sea un error debido a mi caída. He hablado con los médicos del equipo y han expresado una hipótesis según la cual podría haber habido un coagulo de sangre que pudo convertir en positivo el análisis. Quiero saber si mi caída no ha desequilibrado mi organismo", dijo.

El kazako negó que su precipitada salida de la caravana del Tour sea una fuga y dijo que se marchó "lo antes posible" para reunirse con un hematólogo que le ayudará en su defensa.

"Es una pena dejar de esta forma el Tour de Francia pero no quiero perder tiempo para aportar las pruebas de mi inocencia. Quiero que expliquen pronto a la gente que se trata de una tontería", aseguró. "He escuchado en la radio que me había inyectado sangre de mi padre. Es absurdo, puedo decir que con su sangre hubiera sido controlado positivo por vodka", concluyó.