La selección española celebró su centenario derrotando a Argentina en un duelo de alto voltaje (2-1), en el que el oficio de la albiceleste apagó por momentos el virtuosismo de la 'Roja', que acabó sacando el carácter y manteniendo su racha ganadora con doblete de Xabi Alonso.

La selección española celebra cien años de existencia en el mejor momento de su historia. Instalado en la excelencia de un fútbol vistoso. Aderezando la clásica furia con un juego que es admirado en todo el planeta. Los rivales caen por el camino, aunque se llamen Argentina, con la que no existen amistosos sino guerras deportivas de 90 minutos de pasión.

En pleno éxtasis avisa Vicente Del Bosque, y sabe perfectamente de lo que habla, de su gran miedo. El riesgo a perder el ansia de ganar, preocupa a un seleccionador que tiene en su mente lo vivido en un pasado reciente en el Real Madrid. Pero la selección es diferente. La forma una familia, un grupo de amigos, que tienen el Mundial como el éxito que les coronaría en lo más alto.

La inercia de la Eurocopa lograda empujó a España a una inmaculada fase de clasificación al Mundial y le hace jugar cada encuentro sin mirar el DNI del rival. Sea Argentina o Armenia, la 'Roja' sale por el partido. Impone un monólogo del toque, instalado en el campo rival, y rebaja al mínimo las cualidades futbolísticas de su adversario. Más aún si la selección que tiene enfrente es tan inestable como la que dirige Diego Armando Maradona.

A los tres minutos de juego ya había "olés" de la grada al juego de toque español, a la verticalidad que desde el primer instante devolvió a la albiceleste a sus momentos de dudas. Silva con un pase de la muerte al que no llegaba Villa a los cinco del inicio, un centro de Ramos y un chut de Iniesta avisaban.

Argentina no tenía el balón. Maradona se desesperaba en la zona técnica a la par que sus jugadores subían la adrenalina y lanzaban patadas a destiempo. Bien haría el que fuese 'Dios' del fútbol en crear una selección a la imagen del virtuoso Messi y no de Heinze, su extensión en el campo, un futbolista que siempre juega en el límite de la agresividad. A un paso de la violencia.

No respetó Del Bosque, como siempre hace, los galones. Se olvidó del jugador que mejor momento vive en el fútbol europeo, Cesc Fábregas, para buscar el equilibrio con Sergio Busquets en la medular. El 4-5-1 tuvo más fuerza y orden en previsión de una lucha en la medular que no aconteció de inicio por la movilidad de Xavi, Iniesta y Silva, que enloquecieron a Gago y Mascherano.

Ya ha probado Maradona 77 jugadores en poco más de un año como seleccionador. Síntoma de inestabilidad. No da con la tecla. Ni con el juego. Debe definir un estilo y así encontrará a Messi, centro de las críticas en su país, pero abandonado a su suerte en el actual sistema. Corriendo como loco por cada rincón del campo, buscando su momento, la gloria que le pertenece.

En el primer acto estuvo más brillante Di Maria aunque perdonó. Y España no lo hizo. En su segunda acción de peligro marcó. Se alcanzaban quince minutos cuando una jugada al primer toque la culminó Silva con un disparo cruzado que dejó muerto el 'Gato' Romero y del que sacó provecho Xabi Alonso lanzándose al suelo en su remate.

Solo a la contra y con la velocidad de Di Maria respondió Argentina. Conectó con Higuaín que chutó al cielo con todo a favor. Ni intervino el centenario Iker Casillas, en un día que nunca olvidará al convertirse en el tercer jugador de la historia de la 'Roja' en alcanzar cien encuentros.

Fueron los mejores minutos de España, tocando hasta generar desesperación en el rival que subió unos grados de agresividad para calentar el partido y enfriar el fútbol. Demichelis, el mejor en la defensa, salvó el segundo en una acción de Villa. Coloccini lo hizo bajo palos cuando el 'Guaje' chutó con el portero batido.

Sufría Argentina cuando tuvo su mejor ocasión del partido. Una rápida contra, con pase en profundidad de Gago, dejó a Di Maria en un mano a mano ante Casillas. Tuvo pausa para esperar a que el portero cayera, pero picó en exceso el balón con todo a su favor.

Se cerraba la primera mitad con la polémica que no puede faltar en un duelo entre grandes. Coloccini derribaba a Villa cuando buscaba la sentencia. Allan Kelly, muy protestado por Maradona, no interpretó penalti.

Arrancó el segundo acto España con menos intensidad, con minutos de ritmo reducido que aprovechó Argentina. Su oficio comenzó a decantar el duelo hacia sus intereses, se adueñó por momentos del mando y comenzó a pisar con peligro el área rival. Higuaín, en una jugada de lucha, cruzó en exceso su disparo ante Iker (min.57).

Fue cuando la selección española se dio cuenta de que debía jugar con la misma virilidad que su rival. Dejar de evitar patadas esperadas y encarar. Así llegó el tercer penalti que reclamaron cuando Iniesta fue derribado dentro del área.

Con el árbitro irlandés en el centro de las miradas, un error de la zaga española acabó en un penalti sí señalado de Raúl Albiol a Maxi. En el lanzamiento no dudó Messi. Engañó a Iker y empató el partido. Todo volvía a su inicio.

Restaba media hora de partido y España recuperó el balón para dirigirse al triunfo. Ramos rozó el gol con un testarazo a centro de Cesc. Había sustituido a Xavi y Negredo era la nueva referencia ofensiva, por delante de Güiza en los cambios.

Tuvo dos ocasiones de gol Negredo que detuvo Romero, cuando apareció la velocidad del debutante Jesús Navas como factor desequilibrante. Pero fue de penalti como el duelo cayó de lado español. Demichelis rechazaba con la mano una acción de remates seguidos de la 'Roja'. Xabi Alonso colocaba en la escuadra el séptimo triunfo consecutivo.