Lance Armstrong ascendió ayer por el Plateau de Beille con un propósito que no consiguió. El ciclista del US Postal no sólo quería ganar sino que pretendía vestirse de amarillo para lucirlo en la etapa de hoy entre Carcasona y Nimes. "Quería ser líder. Pero no lo he logrado", dijo ayer el estadounidense, tras ganar. Thomas Voeckler, para delirio de los franceses que seguían la carrera en directo, se lo impidió y defendió el jersey como un jabato. Voeckler pudo salvar la prenda por 22 segundos, un tiempo que le permitirá seguir su aventura hasta el martes, cuando llegue la primera etapa alpina. Tal fue la alegría de Voeckler que atravesó la meta levantando el puño derecho con furia.