Parece mentira, pero es real. Parece mentira que el Barça de Messi solo haya disputado una semifinal de la Champions en los cuatro últimos años. Pero es real que el equipo azulgrana, incluso con el tridente, solo sorteó esa barrera en el 2015 cuando volaba hacia Berlín camino del tridente en el primer curso con Luis Enrique. Antes, con el Tata Martino en el banquillo y con Leo arropado por Neymar, el Barça caía en los cuartos de final ante el Atlético del cholismo (2014), el mismo verdugo que tuvo un par de años después (2016). Ni lo salvó el más famoso tridente que se haya visto. Hace un año, la epopeya de la remontada con el París SG (6-1), con aquel inolvidable gol de Sergi Roberto, pasó al olvido por la caída con la Juventus.

Valverde, que se asoma «ilusionado» a la aristocracia europea (nunca antes había estado en unos cuartos), anda escamado. No se fía nada de la ola de entusiasmo que percibió cuando el bombo determinó que el Roma de Di Francesco (Camp Nou, 20.45 horas), un técnico que ya lo eliminó con el Sassuolo, tenía que visitar hoy el Camp Nou. «Tenemos mucha ilusión por ganar algo este año, pero todavía no hemos ganado», subrayó el técnico azulgrana, espantando cualquier tentación de hablar del triplete, por mucho que Jordi Alba revelara que hay «mejores sensaciones» para lograr los tres títulos, más incluso que en el año de Luis Enrique.

Hasta alzó Valverde la voz cuando le recordadon que se había llegado a menospreciar al Roma, calificada, y con razón, como la Cenicienta entre los siete rivales europeos. «Eso ha ocurrido fuera, aquí dentro nadie ha dicho eso», afirmó con energía el técnico azulgrana. «Ningún jugador ha dicho nada de eso», añadió para que no hubiera dudas, obsesionado como anda para que no se instale la euforia. Los cuartos de final ha sido una frontera terrible para el Barça. Y, sobre todo, para Messi porque ha desaparecido del podio viendo como el Madrid levantaba, en cambio, dos Champions consecutivas.

«Messi es un jugador único en el mundo. Es único en la historia», recordó Valverde, quien no da importancia alguna a las críticas que recibe a diario desde Argentina. «El mundo del fútbol está completamente loco», admitió el técnico, quien ha dotado, como recordó su colega italiano Di Francesco, «de una precisa organización táctica» al Barça, al punto de que solo ha encajado dos goles. Nadie en Europa ha sido hasta ahora tan fiable como el equipo del Txingurri. Pero con Leo solo no basta para llegar a las semifinales.