Tiene ocho acciones. Es uno de los escasos cacereños que posee títulos de una sociedad anónima en la que el presidente, Félix Campo, acapara más del 99 por ciento. Mañana, habrá una junta general de accionistas en la que Luis Arroyo (Cáceres, 27-3-42) volverá a ejercer de representante de los cacereños de toda la vida en un club que ya es distinto, pero que sigue sintiendo como propio, pese a todo, "y lucharé por él siempre".

El mismo, exdirectivo, fue uno de los impulsores de la llegada de Félix Campo a la presidencia. Es más, todo se gestó en noches intensas en el Club de Tenis Cabezarrubia, que él presidía entonces. "Con Félix estoy de acuerdo en todo, menos en el tema deportivo, en el que está mal aconsejado", afirma.

Arroyo alaba a Campo y su esfuerzo. "Sin tener nada que ver con Cáceres, defiende al Cacereño e incluso al Cáceres de baloncesto, al que ha aportado dinero. Ante eso, me quito el sombrero, pero en el tema deportivo no está cumpliendo, ya que este año teníamos que intentar subir, pero no se están haciendo las cosas bien". Cree el accionista cacereño que Ismael Díaz "es un buen entrenador, pero se ha equivocado y ha de reconocerlo".

Arroyo asume que la ciudad "ha dado la espalda" a Campo y ve lógico que el empresario salmantino "esté decepcionado", al tiempo que lamenta que la afición no vaya a apoyar como debe al equipo "porque no le gusta lo que se ha hecho".

El pequeño accionista verde, socio desde que tenía tres años, según confiesa, aunque en este tiempo sus obligaciones laborales han marcado intervalos, tiene esperanzas en el futuro de la histórica entidad, aunque también ve peligrar la permanencia y que por ello, opina, se deben hacer fichajes. "Si volviéramos a Tercera, Campo no tendría más remedio que vender esto y marcharse. Pero si endereza el rumbo y ficha...", sugiere.