Al principio fue insoportable para José Calderón. El momento que él había estado esperando --el inicio de la pretemporada de los Raptors-- llegó en octubre y los dolores de cabeza no se fueron para el insólito nuevo jugador de la NBA procedente de una pequeña ciudad española.

"Cuando llegué podía entrenar, pero era como si estuviese solo", dice Calderón, cuyo inglés era extremadamente limitado. "Yo era un intruso. Resultaba demasiado difícil porque no podía expresar lo que necesitaba. Mis piernas no estaban cansadas, pero mi cabeza sí".

Sobre aquellos días, el base novato sonríe cuando recuerda su primera semana de trabajo en Norteamérica. No haces el viaje desde Villanueva de la Serena --una ciudad de 25.000 habitantes rica en melones, tomates y arroz-- a la mejor liga de baloncesto del mundo sin superar unos pocos obstáculos.

En una temporada horrible para los Raptors, Calderón, de 24 años, ha emergido como una historia positiva. Ha mejorado considerablemente su inglés cogiendo el metro para sus clases en solitario con un profesor. El y su esposa, Ana, se han adaptado a Toronto y quieren comprar una casa aquí --actualmente viven de arriendo en un modesto piso de dos habitaciones cerca de Eaton Centre-- para estar tiempo en la ciudad después de la temporada. Y, lo más importante, él ha mejorado su juego en la cancha. El clásico base ha conseguido la titularidad después de sólo quince partidos.

No está nada mal para un chico que está jugando gratis. Calderón gastó dos millones de dólares de su propio dinero para romper su contrato con el Tau en España. Es más o menos la misma cantidad que recibe en su primer año dentro de un contrato por tres temporadas con los Raptors.

"No puedes estar siempre pensando en el dinero", dice Calderón, uno de los dos únicos españoles en la NBA.

Hijo de un exjugador de baloncesto en España, viajó a 800 kilómetros de su casa cuando tenía 13 años a una escuela deportiva del Tau, en la urbana Vitoria. Esta experiencia, inusual para un adolescente, le ayudó en su transición hacia Toronto.

"Nunca había salido de mi ciudad", apunta Calderón. "Mi primer año fue duro. Mis padres venían a visitarme los fines de semana. Ciudad grande, nuevo colegio, demasiado diferente para mí. Tenía nostalgia de mi casa. El primer año fue terrible".

Poco a poco las cosas fueron más fáciles. El fue "lentamente, paso a paso", y progresó en la cancha. Después de cada temporada regresaba a casa y entonces conoció a Ana, de 29 años. Su hermana pequeña, Inés, que vive con ambos en Toronto, creció con Calderón y ayudó en el romance.

El fichaje

El jugador estaba en la lista del manager general de Toronto, Rob Babcock, desde el final de la pasada temporada. El agente norteamericano de Calderón, Mike Cound --un antiguo profesor de español en América-- ha ayudado al jugador desde sus años de adolescencia. El acuerdo para llegar a Toronto no fue sencillo.

"Ha pagado mucho para liberarse de su contrato", dice Cound. "No quiero dar la impresión de que está en una casa pobre, pero hay un compromiso real por su parte en su forma de querer venir".

Durante sus conversaciones, Cound y Babcock acordaron que las clases de inglés eran esenciales para un jugador en el que los Raptors podrían confiar su ataque. Nunca temeroso de mostrar sus emociones en la cancha, Calderón se ha convertido en el favorito de los aficionados y arranca aplausos cuando entra.

"La primera vez que salí a la calle nadie me paró", recuerda. "Ahora es increíble. Todo el mundo me dice: ´Hey, José´. Es magnífico. La gente es amable y intento trabajar al 100% por esa razón. Si un chico me dice que le firme, eso es importante para mí".

Gracias en gran parte a sus clases de inglés, Calderón puede mantener ahora buenas conversaciones y mantener algunas charlas. Periodistas se rieron de él al principio porque se refirió a sus compañeros como "amigos" ya que no conocía la palabra "compañero". En la pretemporada, reconoció que la parte más dura fue hablar para los medios.

Tutor y bromas

Toronto ha sido amable con Calderón y su esposa. El equipo firmó el mes pasado al veterano base Darrick Martin, que habla español y que ha ejercido de mentor para él. En un reciente viaje, ambos tuvieron una larga charla en Los Angeles sobre todos los aspectos de la NBA --los partidos, el estilo de vida, los viajes, etcétera--. Su compañero novato Charlie Villanueva también habla español y sus compañeros de vestuario Morris Peterson y Mike James bromean con él mostrándole el español básico que ambos tienen. James también le da clases de lo que generosamente podría llamarse "inglés informal".

Lejos del pabellón, Ana se ha relacionado con Cheyenne, la mujer del pívot brasileño Rafael Araujo, paseando a la hija de la pareja, Tais.

"Echamos de menos nuestro país, pero estamos muy bien aquí", dice Ana, que lleva la iniciativa en la idea de comprar una casa. "Me gusta mucho. Si tenemos un sitio aquí podamos venir y disfrutar de la ciudad después de la temporada. Me encanta ir a la cima de la CN Tower y mirar la ciudad".De regreso a casa, Calderón ha captado la atención. El español Andrés Pérez Simón, que estudia en la universidad de Toronto, ha estado siguiendo a Calderón para varias publicaciones. También está en las conversaciones en Villanueva de la Serena. "Todo el mundo habla sobre él. Es nuestro héroe", señala Guadalupe Barrantes, de 24 años, amiga desde hace mucho tiempo de Calderón y que estudia arquitectura en España.

"Todo el mundo habla sobre él. Es nuestro héroe", "La NBA es increíble para nuestra ciudad. Cuando viene a casa todos quieren hablar con él. Da todo lo que puede a la gente. Es tan normal, tan simpático... No tengo palabras para describirle. Es una buena persona y toda la ciudad piensa lo mismo".Por supuesto, Calderón tiene mucho que mejorar en la cancha. En España, eran habituales sus mates, un aspecto que aún no ha mostrado mucho aquí. Su tiro también necesita trabajo. Pero hay mucho de bueno en él: pasión, entusiasmo y capacidad de liderazgo."Es entusiasta, se deja el corazón y se preocupa", apunta el locutor de televisión de los Raptors, Chuck Swirsky. "Amo el modo en el que juega. Hay algo de inocencia que me encanta. Espero que nunca se aburra". Considerando el largo y duro camino que ha atravesado, Swarsky no tiene de qué preocuparse."Cuando llegué no sabía si podía jugar aquí o no porque no conocía la liga", apostilla Calderón.

"Es entusiasta, se deja el corazón y se preocupa", "Amo el modo en el que juega. Hay algo de inocencia que me encanta. Espero que nunca se aburra".

"Cuando llegué no sabía si podía jugar aquí o no porque no conocía la liga", "Es como cuando tienes un trabajo nuevo. Pero si trabajas, mejorarás. Tendrás tu oportunidad, seguro".Triunfo en CharlotteEn la noche del sábado, los Raptors consiguieron su cuarta victoria. Fue en la cancha de Charlotte Hornets (103-111), con 5 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias del extremeño en 42 minutos. Gasol estuvo mal y perdió con Memphis en Indiana (80-66).