El tópico de que los equipos --de todos los deportes, de todas las categorías-- suelen jugar mejor en casa que fuera se extrema en el Cáceres Patrimonio de la Humanidad. Esta noche apelará a ello para intentar lograr frente al Actel Força Lleida la primera victoria del 2017 (Multiusos Ciudad de Cáceres, 21.00 horas).

La diferencia de nivel de juego y de resultados es evidente en el conjunto extremeño, que ha sumado siete de sus ocho triunfos de la presente temporada en la LEB Oro bajo el techo de su pabellón. Mientras que suele contar sus desplazamientos por derrotas más o menos abultadas --solamente ha ganado en pista del Araberri--, de regreso a la ciudad se ha mostrado muy competitivo, asegurando victorias ante rivales de distinto pelaje.

El del Lleida es intermedio: a pesar de que llegó a ser líder, no es uno de los favoritos al ascenso, pero sí un firme aspirante a meterse en los playoffs. Una prueba interesante para un Cáceres que digiere regular estas semanas como la actual, en la que está a punto de completar tres partidos en ocho días. La poca productividad de los reservas lleva a sobrecargar de minutos al núcleo principal de la plantilla.

POCO DESCANSO / Ñete Bohigas apenas ha podido entrenar con los suyos después de volver de Palencia en la madrugada del martes al miércoles. El 89-74 no dejó tan malas sensaciones como pueda parecer en principio. «Hicimos un muy buen partido durante muchísimos minutos. La tensión se notaba en el pabellón. Perder entraba dentro de la lógica. Físicamente eran muy superiores a nosotros», comentó el técnico ayer.

Quedarse con ese espíritu de los tres primeros cuartos, siempre leyendo las situaciones en positivo, levantándose cada vez que la liga le ha dado una bofetada. Es el sino de este Cáceres que está a medio camino entre huir de la zona de descenso y asomarse a la de playoffs.

Bohigas advirtió sobre la agresividad del Força Lleida, que lleva un balance capicúa respecto a los verdinegros (10-8 y 8-10, respectivamente). «Juegan con mucho contacto y sacrificio, y mucho ritmo adelante. Constantemente buscan situaciones de bloqueo directo y por conceptos. Eso implica tener una gran concentración y cuidar mucho los detalles», analizó. Se le notó cierta envidia sana cuando comentó que los catalanes habían resuelto rápidamente la marcha de su base titular, Luka Rupnik, con el fichaje de Epameinondas Papantoniu, procedente del Araberri.

Hay otros nombres interesantes, desde dos veteranos como Alfons Alzamora y Miki Feliu a un anotador nato como Garrett Nevels y el ala-pívot brasileño Leonardo Demetrio.

Hay confianza en que lo bien que lo está haciendo el Cáceres en su pabellón sirva de antídoto. Más le vale ir acumulando victorias porque a partir de este encuentro quedarán 15 jornadas y solamente seis partidos en casa. «Aquí competimos siempre y ellos saben que van a tener que hacer las cosas muy bien para ganar. Nos sentimos muy seguros», aventuró Bohigas.

No hay novedades, al menos a nivel público, sobre posibles refuerzos. El ‘mantra’ del club es no cambiar a no ser que sea una operación descaradamente favorable en lo deportivo y en lo económico. «Estoy muy orgulloso de todos mis jugadores», soltó el entrenador, que recordó que sus equipos suelen mejorar en las segundas vueltas.