Más que un futbolista, se ha convertido, en ocasiones, en un auténtico superviviente. Da el perfil de jugador de la casa fácilmente cuestionable cuando la puntería falla y difícilmente reconocible cuando el mercado vierte mediáticos nombres a la palestra. «Y al final, siempre Willy. Siempre el chaval», vocinaba un hombre mayor que salía encorajinado del Francisco de la Hera en el último partido ante el San Fernando. Willy había salido al rescate con un nuevo gol. Y volvió a mojar en Cartagena para que su equipo sumara «un punto de oro», como el de Torremejía dice. Ya lleva ocho este año, igualando su mejor registro en Segunda B de la temporada 2012-2013. «Y el domingo volverá a llevar el nueve porque se lo está ganando», decía Sabas en una entrevista a Radiogolex.

Willy es santo y seña del Extremadura, pero no por sus goles. Resulta curioso que sea el máximo goleador histórico del club, pero la afición le valora otros aspectos: su garra, su entrega, su coraje, su pundonor. «Es el Félix o el Manuel de otros tiempos. Un tipo que siente la camiseta azulgrana», dice otro aficionado. «Yo soy feliz en Almendralejo. Este equipo lo es todo para mí y voy a dejarme el alma para que siga en Segunda B», responde el punta.

Willy se ha reconectado a tiempo con el gol y asegura que «las sensaciones del equipo tras jugar en Cartagena son muy buenas. Estamos muy capacitados para salvar al equipo, pero hay que pelearlo». El de Torremejía no encuentra explicaciones a por qué se atragantan los partidos en el Francisco de la Hera, «pero lo importante es salvar al equipo y da igual si lo hacemos ganando fuera».

Renzo López y Hume llegaron en diciembre para relevar a Willy de la delantera, pero la constancia del extremeño le ha valido la confianza de Sabas, quien lo considera «imprescindible». El nueve prefiere ser más modesto: «Me da igual quien juegue si al final nos salvamos, pero es evidente que me estoy encontrando bien y con confianza».

A Willy no le gustan las cuentas y dice que «solo debemos pensar en el Marbella». Del futuro prefiere no hablar, aunque tiene otro año de contrato en caso de permanencia. ¿Y si vienen tres delanteros top? «Pues a pelear el puesto. Que vengan y se lo ganen en el césped. A mí, de momento, no me regalaron nada». Ese es Willy, el Búfalo eternamente encolerizado que ha decidido agarrar la permanencia por los cuernos.