ALBACETE: Gaspercic; Oscar Montiel, Rubén, Siviero, Peña; David Sánchez (Iván Díaz, min.86), Gaspar, Redondo (Francisco, min.72), Mark González (Momo, min.88); Pacheco y Mikel.

BARCELONA: Valdés; Damiá (Messi, min.95), Oleguer, Puyol, Gio; Xavi, Márquez (Rodri, min.87), Iniesta, Deco; Ronaldinho (Sylvinho, min.87) y Eto´o.

GOLES: 0-1, min. 2: Iniesta. 1-1, min. 73: Mark González. 1-2, min. 84: Xavi.

ARBITRO: Pérez Burrul (Cantabria). Mostró cartulina amarilla a David Sánchez, del Albacete, y a Damiá y Sylvinho, del Barcelona.

El Barcelona bajó ayer su nivel de juego, acusó el esfuerzo colectivo de las últimas semanas, pero supo aprovechar dos fallos defensivos del Albacete para sumar un triunfo que le mantiene intacto en lo alto de la tabla.

No fue el mejor día del Barcelona. Eso sin duda. Porque el Albacete, tras un primer tiempo más que triste, se vino arriba en el segundo tramo, remontó el tanto de Iniesta, y con el empuje de Mark González, el Alba mereció mejor suerte.

Los dos equipos se presentaban asolados por las bajas. El Barcelona, con un banquillo repleto de chavales. Con Damiá titular en el lateral derecho y con Iniesta, también fijo de salida, atento y con picardía para quitarle la cartera a Peña. Fue un error clamoroso el de Peña. Se durmió el lateral del Albacete en una zona de máximo peligro e Iniesta, que pasaba por allí, le arrebató el balón y lo mandó al fondo de la red. Iniesta volvía a su tierra, con éxito. Fue llegar y besar el santo. No lo celebró Iniesta como había anunciado. Respeta a sus paisanos.

ERROR INICIAL No se había cumplido si quiera el minuto 2 y el Barcelona ya mandaba en el partido. El gol le hizo mucho daño al Albacete. Y eso que el Barcelona fue a lo práctico. Buscó ya Frank Rijkaard la receta del contragolpe. Con Ronaldinho, menos activo de lo normal, pero eficaz en la zona de transición buscando el balón en largo hacia un Samuel Eto´o, que le puso ritmo y velocidad.

Del Barcelona lo más positivo era ver a Damiá, el chaval de la cantera con ganas de subir el costado. Recuerda Damiá por su biotipo a laterales altos del perfil de Anderson, del Nottingham o Kaltz, el alemán, futbolistas de los 80. Espigados, con ganas siempre de pisar el área.

Cuando el empate a uno se mantenía en el marcador, apareció el poderío del mandamás del Barcelona, Xavi, discreto hasta entonces, para sellar con una volea un triunfo que sitúa al Barcelona como líder indiscutible del 2004. El moralejano Javito, que estaba citado, no llegó a salir.