El Zaragoza perdonó al inicio de la segunda mitad, en unos minutos en los que pudo haber incluso goleado, y acabó perdiendo el partido (1-2) y la eliminatoria contra el Numancia con un gol en el tiempo añadido cuando parecía que el partido iba a la prórroga. Para desgracia de los propietarios del terreno se cumplió esa máxima que dice que ‘quien perdona paga’ y, a renglón seguido de la última opción de Borja Iglesias, Íñigo Pérez enganchó, en el minuto 64, un gran remate dentro de la corona del área que envió a las mallas poniendo la eliminatoria en franquicia para los suyos. La insistencia local tuvo su premio en el 79 con el tanto de Mikel González. Cuando parecía que el encuentro iba a la prórroga un gol de cabeza del exzaragocista Diamanka en el 91 hizo que el equipo castellano-leonés se llevara el gato al agua. Hoy pelearán Gijón y Valladolid.