La imposibilidad de encontrar empleo ha forzado a unos 350.000 jóvenes a abandonar el mercado de trabajo desde el inicio de la crisis en el 2007. Muchos de ellos han preferido formarse para mejorar su perfil o engordar la llamada generación ni-ni, por no trabajar ni estudiar.

De los 732.000 jóvenes menores de 30 años en que ha bajado la población activa, alrededor de la mitad han pasado a la siguiente franja de edad y la otra mitad han huido del mercado de trabajo, según un estudio de Manpower. Esos 732.000 jóvenes forman parte de los 1,5 millones de empleos destruidos en el colectivo de 16 a 29 años, lo que supone tres cuartas partes de todos los puestos desaparecidos.