El Gobierno se ahorrará entre 1.300 millones y 1.400 millones de euros --según las estimaciones del Centro de Predicción Económica (Ceprede)-- el año que viene con la supresión del denominado cheque-bebé.

Esta ayuda de 2.500 euros por hijo nacido o adoptado durante el año habrá durado apenas tres años. Comenzó a otorgarse en julio del 2007, con Jesús Caldera como ministro de Trabajo. Según los expertos, esto afectará a unos 520.000 niños. Sus familias dejarán de percibir este apoyo que, como la ley de la dependencia, el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero blandió como símbolo de su política social.