Antoni Brufau, como se preveía, ha salido vencedor del órdago que lanzó hace unos días a su primer accionista, Sacyr. El consejo de administración de Repsol ratificó ayer por unanimidad la gestión del presidente y le confirmó "plenamente" en sus funciones. Un consenso, con todo, engañoso, ya que se produjo porque los tres representantes de la constructora decidieron no acudir al encuentro.

Así las cosas, la reunión extraordinaria del máximo órgano de gobierno, que Brufau decidió convocar el miércoles pasado para salir al paso de los rumores que afirmaban que la constructora y el segundo accionista, La Caixa, están preparando su relevo, ha terminado por servir principalmente para poner aún más en evidencia el combate que enfrenta a la dirección de la petrolera con su primer accionista.

Brufau, en cualquier caso, ha logrado su principal objetivo: que las partes implicadas expongan a las claras su posición. Así, ha recabado el apoyo de La Caixa (12,7% del capital), sobre cuyo respaldo al ejecutivo se ha especulado mucho, a pesar de haberle aupado al cargo. Pero también de Pemex (cerca del 5%) y de los consejeros independientes, que según la normativa representan a los accionistas minoritarios. En conjunto, el 80% del accionariado que no posee Sacyr.

Desde Repsol, se interpreta el resultado del consejo como una muestra de que la constructora está "sola" frente al resto de propietarios. La decisión de no acudir a la reunión, comunicada antes de empezar, constituye una muestra de que la empresa presidida por Luis del Rivero --vicepresidente también de la petrolera-- se autoexcluye de la gestión y prefiere airear sus quejas fuera del consejo, en lugar de donde corresponde.

Algunas fuentes del mercado sostienen que Sacyr decidió no acudir al consejo debido a desavenencias internas sobre qué posición tomar en la pugna por el control de Repsol. La compañía lo niega y destaca que la decisión se tomó por unanimidad. La constructora estima que un consejo de tal importancia no se debe convocar con tan pocos días para prepararlo y no ha querido participar en la "escenificación" de respaldo preparada por Brufau. La compañía ve el episodio como la batalla de una guerra más larga. Desde hace meses, Sacyr está profundamente en desacuerdo con la estrategia de Brufau.