La aerolínea Futura, la mayor de Europa del sector de los vuelos chárters y con sede en Palma de Mallorca, presentó ayer una solicitud de concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos) en un juzgado de Palma de Mallorca, acuciada por las deudas derivadas del alza de los precios del petróleo. La aerolínea se vio obligada a suspender operaciones durante 24 horas y ayer negociaba cómo volver a poner en marcha hoy sus aviones. Aviación Civil, de momento, les mantiene la licencia de vuelo hasta el próximo viernes, y podría prorrogarla si se presenta un plan de viabilidad de la empresa.

Futura, propiedad de los propios empleados (53%) y del fondo de inversión británico Hutton Collins, no dispone de trayectos comerciales propios, sino que sus aviones realizan trayectos contratados por otras aerolíneas (wetlease ) o turoperadores que realizan transportes para paquetes de vacaciones. Ayer, los 32 vuelos --con ida y vuelta-- que tenía previsto operar Futura fueron derivados a otras compañías que buscaron los mayoristas de viajes o la propia aerolínea afectada, según fuentes de Futura. "Ningún pasajero se quedó en tierra", afirmaron.

El presidente de Futura, Román Pané, anunció su intención de presentar un plan de viabilidad para la aerolínea que podría suponer el recorte de 600 puestos de trabajo de la actual plantilla, de 1.211 empleados, y una reducción de su flota de aviones, que pasaría de los actuales 22 a 12 o 13 aparatos.

El director de recursos humanos, Pere Torrents, no quiso precisar a cuántas personas podría afectar el ajuste ni el importe de la deuda, pero destacó que los tres últimos ejercicios han sido "los mejores de toda la historia". Según sus cifras, la facturación del 2007 fue de 335 millones de euros, mientras que los beneficios sumaron 4 millones, lo que les hace "muy sensibles a cualquier variación de costes". "El alza de julio y agosto nos ha matado. Estamos hablando de doblar el precio, y hemos intentado repercutir los costes a los turoperadores, pero es imposible cargarlo todo", afirmó.

ADIOS A VOLAR GRATIS Por otra parte, las aerolíneas de EEUU, en su búsqueda de ingresos que compensen los costes del combustible, se han fijado ahora en los programas por puntos que fidelizan a los clientes según los kilómetros que se recorran en los aviones de las compañías. Así, a partir del 15 de septiembre, Northwest seguirá el camino emprendido por otras empresas del sector e impondrá "tasas de combustible", que van de 25 a 100 dólares dependiendo del trayecto, a los pasajeros que vuelen con billetes adquiridos a través de puntos. Lo de volar gratis o casi-gratis se va a acabar.