Los aeropuertos internacionales se están convirtiendo cada vez más en grandes centros de servicios para los usuarios, que incluyen desde el comercio de todo tipo, hasta la restauración y la hotelería, en algunos casos. El crecimiento registrado por estos negocios que antes sólo ejercían como una especie de estación para aviones ha aumentado el interés de las empresas privadas.

Los aeropuertos sobreviven con distintos tipos de ingresos: los aeronáuticos (que incluyen las tasas por aterrizaje, utilización de las instalaciones y servicios de seguridad y de transporte interno, como las pasarelas telescópicas, entre otros); los no aeronáuticos (relacionados directamente con servicios vinculados a los aviones, como carburantes, comida a bordo, mostradores de facturación o manipulación de maletas); los comerciales (concesiones para comercios, bares y restaurantes para los pasajeros en el aeropuerto, aparcamiento de vehículos, publicidad); y los que provienen de los estrictos servicios de navegación aérea (básicamente las ayudas a la navegación en ruta de las aeronaves y ayudas para aproximación). El primero y el último grupo --ingresos aeronáuticos y de navegación-- se mantienen aún como el núcleo duro del negocio de los aeropuertos, pero los otros dos ganan peso.

El último estudio económico de la asociación Airports Council International (ACI) apunta que el 50% de los ingresos totales de un aeropuerto provienen de fuentes no aeronáuticas.

Para AENA, la empresa pública que gestiona los aeropuertos españoles, los ingresos comerciales representaron ya el 37% del total en el 2003. Sus responsables afirman que la tendencia es ir a más, porque tiene un gran potencial de crecimiento.

EL CASO ESPAÑOL En España, todos los aeropuertos están gestionados por la empresa pública AENA, que concentra además las competencias de navegación aérea. Tanto la propiedad como la gestión tienen carácter público y funcionan con un sistema de caja única. Como máximo, se han realizado concesiones de algunos servicios, como la manipulación y el transporte interno de las maletas y las cargas de las aeronaves, o aparcamientos.

La situación puede cambiar en los próximos ejercicios, ya que el Ministerio de Fomento pretende que la iniciativa privada entre en la financiación de las inversiones en los aeropuertos.

Paradójicamente, en España hay una empresa que ha convertido la gestión de los aeropuertos en uno de sus ejes de negocio, aunque en otros países. Se trata del grupo Ferrovial, que se decidió a entrar en este mercado en el 2000 y desde entonces se ha consolidado como uno de los principales grupos de gestión privada de estas infraestructuras. Su entrada en esta actividad se inició con la adquisición del 100% del Aeropuerto de Cerro Moreno en Antofagasta (Chile), donde donde se ha encargado de diseñar, financiar y construir una terminal y operar después todas las actividades en tierra.

FERROVIAL La evolución de Ferrovial es un ejemplo de los diferentes tipos de gestión público- privada que se da en la actividad aeroportuaria. En el 2001, adquirió en propiedad el Aeropuerto Internacional de Bristol (Reino Unido), incluyendo terrenos y edificios. En el 2002, obtuvo la concesión del aeropuerto australiano de Sydney, del que controla casi el 21% del capital. Allí, las operaciones de gestión incluyen todas las actividades del aeropuerto. En mayo del 2003, compró el 100% de Belfast City Airport. Hasta septiembre del 2004, Ferrovial subió sus ventas un 39,1%, hasta los 46 millones.