La agencia de medición de riesgo Fitch rebaja la calificación de la deuda de España desde la categoría AAA (matrícula de honor) a AA+ (que equivale a un sobresaliente: significa que la probabilidad de que España no haga frente a sus compromisos es aún prácticamente nula) con perspectiva estable porque considera que la vuelta a la recuperación económica será más difícil, prolongada y lenta que para otras economías con la misma nota.

Aunque Fitch admite que el proceso de estabilización económica está en curso, advierte de que el mercado laboral "inflexible" y el proceso de reestructuración de las cajas de ahorros dificultarán la mejora económica.

Sobre la situación de las cajas de ahorros, la agencia de calificación alude especialmente al impacto que sobre sus balances ha tenido la crisis inmobiliaria.

Además, avisa de que la deuda pública podría elevarse hasta el 78% del PIB en 2013, si bien señala que el perfil del crédito soberano español mantiene una posición fuerte y se apoya en una economía diversificada, un sector financiero cuyo núcleo es sólido, una tasa de ahorro relativamente alta y un historial de finanzas públicas "responsable".