El secretario de producciones de UPA-Extremadura, José Cruz, denunció ayer los altos precios que la fruta alcanza en los puntos de venta al consumidor, que triplican lo que se paga al agricultor. Así, Cruz puso como ejemplo que el kilo de nectarinas cuesta 2,5 euros, mientras que el productor sólo recibe 72 céntimos. Otro tanto ocurre con las ciruelas (1,55 euros como precio al consumidor mientras el agricultor cobra 51 céntimos) o el melocotón, por el que se pagan en la tienda 2,28 euros mientras al agricultor se le han pagado 72 céntimos.

El dirigente agrario indicó que tales incrementos no tienen justificación alguna "porque la fruta sale embalada y etiquetada de las centrales y no hay costes de transformación o manipulación", y reclamó que la Administración "fiscalice la actividad de las redes de intermediarios y tome medidas concretas" para evitar los abusos.

Al margen de esta cuestión, Cruz manifestó que la campaña recién comenzada presenta buenas perspectivas, tanto por el incremento de la producción extremeña entre un 10% y un 15%, como por el descenso de producciones en zonas competidoras, que ha permitido una elevación de los precios en origen respecto a la campaña anterior, cuando lo que se pagó al productor no llegaba ni para cubrir costes.

Sin embargo, el representante de UPA explicó que el futuro del sector puede estar en peligro si sale adelante la propuesta de desacoplamiento de las ayudas agrarias de la UE, lo que podría llevar a que muchos agricultores reconviertan sus cultivos a los frutales. Esto provocaría un incremento de las producciones que podría acarrear una caída brutal de precios.

Por ello, reclamó que si, finalmente, se aprueba el desacoplamiento no se permita el aumento de superficie cultivadas en sectores como el frutícola.