Las frutas, las hortalizas, los cítricos e incluso los pescados que se venden en España podrían incorporar en el futuro una indicación sobre cuál es su precio en origen y cómo queda su precio final en destino. La iniciativa es una de las actuaciones que estudia el Gobierno para suavizar la inflación que afecta a estos productos, según explicaron fuentes oficiales.

El Gobierno se ha visto obligado a improvisar medidas con las que hacer frente a las subidas de precios que han disparado la cesta de la compra de los alimentos frescos. En ese sentido, un grupo de trabajo baraja las ventajas e inconvenientes de la introducción de esta fórmula de doble etiquetado, según avanzó ayer el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Miguel Arias Cañete.

PRESION SOBRE EL IPC

Las últimas subidas de precios están presionando al alza el índice general de precios de consumo, que en septiembre quedó situado en una tasa interanual del 2,9%. La tasa interanual del alimento fresco se situó en el 7,7%.

El titular de Agricultura intervino ayer en el Senado y anunció que su departamento, junto con el Ministerio de Economía, ha iniciado un informe para estudiar las ventajas de la aplicación del doble etiquetado en España, en especial sobre el desfase entre los precios en origen y en destino en aquellos productos que tienen una menor manipulación en la cadena alimentaria.

El ministro explicó que aplicar esta doble información en las frutas y hortalizas resulta más fácil que en otros productos, como los cárnicos, donde interviene un mayor número de eslabones intermedios --matadero, salas de despiece, eliminación de las harinas cárnicas y traslado al comercio-- desde el origen hasta la venta al consumidor. Un grupo de expertos ha iniciado ya los trabajos sobre esta iniciativa, que es más compleja desde un punto de vista operativo que legal.

LA EXPERIENCIA FRANCESA

Para Arias Cañete, el doble etiquetaje debe introducirse "con la mayor seguridad jurídica". En Francia, donde hace un año se puso en práctica una experiencia piloto, la medida "ha registrado muchos problemas en su aplicación", según el ministro.

Junto con el doble etiquetaje, Agricultura ha puesto en marcha otras medidas para controlar la evolución de los alimentos como el Observatorio de Precios de los Alimentos, mientras que Economía ha encargado al Servicio de Defensa de la Competencia que investigue la formación de precios en toda la cadena alimentaria para detectar prácticas contra la libre concurrencia.