La Asamblea de Madrid aprobó ayer la reforma de la ley de cajas que puede acabar con la presidencia de Miguel Blesa en Caja Madrid, tal como pretende la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Con el voto a favor del PP, la abstención del PSOE y el rechazo de IU, la Asamblea aprobó ayer la ley que limita el mandato del presidente de la entidad y que rebaja del 70% al 30% la representación del Ayuntamiento de Madrid en el grupo de consejeros municipales de la entidad. Se da la circunstancia de que el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, pasa por ser el principal valedor para que Blesa se mantuviera seis años más al frente de la caja.

El alcalde ha protestado. Asegura que la ley no puede tener efecto sobre un proceso electoral ya en marcha --desde octubre-- y que no se pueden cambiar las reglas del juego cuando el partido ya está en marcha. Gallardón ha dicho que dará batalla legal, pero la presidenta se mantiene firme. Esperanza Aguirre replicó ayer al alcalde afirmando que quizá "no ha tenido tiempo suficiente de leer" la nueva normativa para entender que todos "están obligados" a cumplirla.

Aguirre se mostró "absolutamente convencida" de que el presidente de la segunda caja española, Miguel Blesa, "como ha hecho siempre", cumplirá "escrupulosamente" la nueva ley de cajas, una norma que, según dijo, "no va contra nadie ni limita los derechos de nadie ni pretende que se disuelva la asamblea" de la entidad. Según Aguirre, la presidencia de Caja Madrid será elegida en septiembre del 2009, "que es cuando se cumple el mandato de seis años" de Blesa.

"INGENIERIA PARTIDISTA" La reforma de la ley de cajas madrileña rebaja del 43,7% al 41,5% el peso del Parlamento y las corporaciones locales en Caja Madrid. A cambio, aumenta la participación de empleados y da entrada a la Cámara de Comercio y a las universidades privadas en el sector de entidades representativas. Para IU, con esta reforma pierden peso los municipios (de 100 a 80 representantes) y los impositores, frente al Parlamento (de 42 a más de 50) y las entidades representativas, en lo que, a su juicio, es un "cálculo de ingeniería partidista" que "prima a la base social de Esperanza Aguirre". La portavoz del PSOE en la Cámara, Maru Menéndez, definió como un "disparate" el hecho de incluir a esta caja "en la guerra interna del PP".