El nivel de ahorro a largo plazo de los españoles es muy bajo. Lo es tanto que, en término medio, apenas permite garantizarse una renta vitalicia mensual máxima de 108 euros como consecuencia de un ahorro en seguros de vida y planes de pensiones de 22.841 euros por persona. Estas cifras, extraídas de un análisis realizado por VidaCaixa, reflejan el abismo existente con respecto a otros países con mayor tradición de previsión social complementaria de las prestaciones públicas, como los escandinavos, el Reino Unido, Holanda o Alemania. La gran diferencia radica en el peso de la previsión social en la empresa. En España, "solo el 7% de la población total tiene un instrumento colectivo de ahorro de este tipo" y apenas la quinta parte de los asalariados, según manifiesta Màrius Berenguer, director de Caifor, el grupo al que pertenece VidaCaixa.

De la cifra total de ahorro para la jubilación, 8.226 euros correspondieron en el 2006 a planes de pensiones y el resto --14.615-- a seguros de vida. Apenas 15 de cada 100 euros del ahorro total de los españoles se encuentra en este tipo de instrumentos, mientras que casi 40 de cada 100 están en depósitos. En Holanda, la proporción del ahorro-previsión se acerca al 60% y en el Reino Unido supera el 52%.

En esos países funciona desde hace años este tipo de cobertura proporcionada por las empresas. En España, solo las grandes compañías, que se vieron forzadas por ley a extraer esos compromisos de sus balances y que los habían creado de forma voluntaria, mantienen estas coberturas.

INCENTIVO FISCAL Los planes de pensiones individuales siguen siendo los que tienen más éxito debido a su atractivo fiscal. Son, además, una vía de ingresos para las entidades financieras. Los individuales superan los ocho millones de partícipes. En cambio, los asegurados y partícipes de planes de pensiones colectivos son 3,27 millones, apenas el 20% de asalariados.