Los líderes de la Unión Europea (UE) estudiarán hoy en la cumbre extraordinaria de Bruselas la propuesta del presidente europeo, Herman van Rompuy, de crear una especie de gobierno económico europeo para evitar otra crisis financiera como la griega y lograr un crecimiento económico sostenido en el conjunto de los Veintisiete. Alemania y Francia, sin embargo, han decidido tomar el mando de ese proyecto conjunto y liderar políticamente la respuesta comunitaria a la inestabilidad vivida en los mercados por la situación económica de Grecia. Ayer, sus diplomacias trabajaban para presentar hoy proposiciones concretas.

"No es seguro que podamos precisar un plan técnico en la reunión, pero sí queremos demostrar nuestro apoyo político a Grecia frente a los especuladores", resumió anoche una fuente diplomática francesa.

REUNION PREPARATORIA Hoy, los líderes de la UE tienen previsto garantizar ese respaldo a Grecia para restablecer la confianza de los mercados financieros internacionales y evitar que se produzca un contagio a otros países de la zona euro. A cambio solicitarán un firme compromiso de Atenas para que su Gobierno adopte las medidas necesarias para sanear las cuentas públicas y su economía.

Los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro celebraron ayer una teleconferencia para coordinar el respaldo europeo. El presidente del Eurogrupo, el primer ministro luxemburgués, Jean- Claude Juncker, expondrá hoy a los demás líderes europeos "lo que puede hacerse y lo que no permite el Tratado de la UE", según fuentes diplomáticas. Juncker presentará, además, unas "propuestas concretas" para tranquilizar a los mercados. El primer ministro griego, Giorgios Papandreu, tras reunirse en París con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, reafirmó que su país está dispuesto a "adoptar cualquier medida que sea necesaria" para garantizar la reducción del déficit público del actual 12,7% del producto interior bruto (PIB) a menos del 3% en el 2012. Papandreu añadió que el plan de ajuste "se aplicará en cada detalle", a pesar de las crecientes protestas sociales en el país contra las medidas de austeridad previstas.

Durante la reunión del Eurogrupo, varios ministros expresaron su disposición a dar un respaldo financiero a Grecia si fuera necesario en un caso extremo mediante avales o préstamos bilaterales, aunque no se adoptó ninguna decisión. Alemania y otros países destacaron que Grecia sigue colocando su deuda sin problemas en los mercados, aunque tiene que pagar un precio más alto, por lo que no se plantea de momento ninguna urgencia en adoptar un respaldo financiero a ese país. La gravedad de la crisis griega ha dado un impulso decisivo al proyecto de reforzar la coordinación económica entre los Veintisiete y en especial entre los países de la zona euro. Van Rompuy ha transmitido a los líderes europeos dos documentos que contienen medidas muy concretas para avanzar hacia una especie de gobierno económico europeo.

MAS CONTROL En estos documentos, a los que ha tenido acceso este corresponsal, Van Rompuy propone reforzar los mecanismos de supervisión y control sobre los estados. Los gobiernos deberán presentar a la vez sus programas de estabilidad y de reforma para facilitar el control.

La Comisión Europea quiere estar facultada para enviar misiones de supervisión a los países y vigilar en profundidad la aplicación de las prioridades fijadas en la UE. Asimismo, el Consejo de Ministros de la UE vigilará el cumplimiento a nivel nacional y europeo de las directrices pactadas. Cuando haya un desvío de esas directrices o cuando una política comprometa el correcto funcionamiento de la unión económica y monetaria, deberán adoptarse alertas inmediatas y las recomendaciones necesarias.

MAS PAPEL AL EUROGRUPO Las directrices, el control, la supervisión y las recomendaciones para los países de la zona euro deberán reforzarse de forma especial, con una mayor atención a los problemas de competitividad y a los desequilibrios macroeconómicos de los distintos países. Para asegurar un crecimiento económico robusto en la Unión Europea y en sus estados miembros, Van Rompuy plantea que se establezcan una serie limitada de cinco objetivos cuantitativos, con un calendario preciso de cumplimiento y plazos intermedios.

Cada país traducirá esos objetivos europeos a nacionales y, tras ser adaptados de forma específica, se incorporarán a sus programas nacionales y los revisará el Consejo de Ministros de la Unión Europea.

El proyecto prevé que la Comisión Europea y los estados miembros analicen los principales inconvenientes que frenan el crecimiento económico, la productividad y la competitividad a nivel europeo y nacional. Los gobiernos deberán explicar en sus planes anuales cómo piensan resolver esos problemas y la Comisión y el Consejo de Ministros supervisará la adopción de las medidas necesarias.

PAPEL DE LAS CUMBRES Van Rompuy considera asimismo que el Consejo Europeo, la instancia política que reúne a los líderes europeos, tiene la responsabilidad de garantizar el éxito de la nueva estrategia económica. Por ello recomienda que los líderes europeos evalúen de forma regular, y como mínimo una vez al año, la situación macroeconómica y financiera de la UE y coordinen la respuesta política, dando directrices precisas a la Comisión Europea y al Consejo de Ministros.

Los jefes de Estado y de Gobierno, según el plan de Van Rompuy, deben evaluar el impacto de las políticas nacionales en toda la Unión Eurepa, prestando atención a los desequilibrios macroeconómicos y a las divergencias de competitividad que se produzcan dentro del mercado común.

También están obligados a revisar los avances detectados en la aplicación de las directrices, centrándose en las medidas políticas concretas con la finalidad de atajar la crisis económica a la mayor brevedad posible en todos los países que forman la Unión Europea.