La economía alemana se estancó en el cuarto trimestre del 2005. El producto interior bruto (PIB) creció un 0,9% en el conjunto del 2005, siete décimas menos que el año anterior. La demanda exterior tiró del crecimiento.

En los agregados internos, la contribución positiva fue la inversión en capital, especialmente en la construcción, aunque fue contrarrestada por el descenso del consumo. En comparación interanual, el crecimiento fue del 1% en el cuarto trimestre, gracias a un mayor dinamismo en el comercio.